Capítulo 33 Como bálsamo para el alma

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El primer pensamiento de lena era calmar el dolor de la joven rubia que se retorcía en la agonía, lena conocía bien el ritual, Sam les relataba que las ninfas usualmente raptaban vírgenes para tomar de su sangre las noches de luna ya que les regalaba energía pura y mucha belleza, las ninfas "buenas" por así decirlo solo se alimentaban de la virgen y la poseían una y otra vez hasta que amaneciera, ya que el simple acto de poseer una era la mismísima gloria además de que curaba a la virgen de las dolorosas marcas que dejaba la mordedura de una ninfa mientras esta se beneficiaba por las bondades y la gracia de las chicas o chicos vírgenes conservando su belleza y juventud.

Sam también relataba que las ninfas malas mordían a los vírgenes mientras eran atados a una piedra escuchando incansables gritos de dolor que suplicaban morir, eran demasiado crueles y muchas de las veces dejaban que los pobres chicos perecieran en cuanto amanecía, Sam decía que era muy fuerte ver como el brillo de sus ojos se escapaba con todo el dolor que podía soportar su cuerpo, los cuerpos muchas veces eran dejados en las misma piedras donde fueron sacrificados como recordatorio de las atrocidades que podría cometer una ninfa enojada y caliente.

Las chicas y los chicos que eran curados también eran muy agraciados como seres hermosos y bellos, las ninfas no elegían a cualquier persona para quitarles su virtud, eso era bien sabido en el mundo mágico, Sam relataba que era casi una bendición ser desvirtuada por una ninfa, lena no supo si era chiste o anécdota.

¿Pero qué pasaba con kara?, bien podría lena dejar que Sam intentara aliviar su dolor, pero su amiga era demasiado fiel como para hacerlo, aunque ella era lo mas cercano a la cura para su dolor.

Pero lena no era ninfa, ella era solo una bruja muy poderosa en sus tiempos de plenitud, aunque ahora solo era conocida como la hermana de Morgana, ¿lena podría quitar el dolor en el cuerpo de kara y aliviarla? Sam le había dicho que si, ya que lena también era virgen. ¿en qué rollo se había metido? Estaba segura que esas chupa vírgenes ya les seguían el rastro de días atrás, las había olido y hasta escuchado estaba segura que la pesadilla que tuvo fue a causa de su veneno y todo para hacerla caer en una horrible sensación de vacío

–lena, ¡lena! Por favor ¡por favor! – kara suplicaba que terminara ya con su vida, lena no sabia que hacer y había exhalado un par de veces mas para alivianar la compresión de sus pecho

–estoy aquí cariño– dijo lena abrazando a kara que se convulsionaba en el pasto, la pelinegra coloco el torso de kara sobre su regazo para abrazar y besar el rostro de la afligida – jure por Rao que iba a protegerte y falle – lena se mecía demencial mente mientras escuchaba los huesos de kara crujir y su cuerpo se tetanizaba de dolor – necesito decirte una cosa amor, yo.... Yo tengo que hacer algo que tal vez no te parezca lo mas apropiado, yo hubiese querido hacerlo con sentimiento consensuado y en un lugar más apropiado, no aquí en mitad del bosque .... Kara yo tengo que tomarte, tomarte como mía y hacernos una–

–lenaaaaa– la pobre rubia apenas y podía hablar – acaba con mi dolor –

–antes de empezar, lo único que quiero que sepas es que te amo.... Y voy a entregarte esa parte de mi que guardé por mucho tiempo–

Lena beso el mojado rostro de kara, saco de su bolso un par de capas que coloco como sabanas para poner a su amada sobre estas, sin poder esperar mas tiempo se desnudó, Sam le había dado la posición que necesitaba para hacerlo, Sam le había dicho que solo duraría en cuanto kara tuviera su alivio, así que la tomo

Kara se tetanizaba por ultima vez, hasta que sintió el cálido abrazo que lena le proporcionaba –lenaaa ¿Qué? ¿Qué haces? – dijo al verla completamente desnuda, kara no tenía tiempo ni fuerza para sonrojarse, su corazón rebotaba con mucho dolor, estaba a punto de desfallecer por la energía que había gastado, lena se acerco para besar a la rubia una y otra vez, kara al principio se contraía sintiendo mucho malestar por los calambres que provocaba el veneno de la ninfa pero como fue sintiendo a lena dejo de sentir que sus músculos se comprimían – aahhhh por Rao– lena sintió que "esa" parte del cuerpo ya estaba lista, Sam le había dicho que tenía que ser rápida pero lena no esperaba que fuera tan pronto

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora