Capitulo 47 A muerte

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las hadas amazonas llegaron hasta donde se había pactado el enfrentamiento, un enorme valle rocoso donde había rocas en talladas como coliseo alrededor de una plataforma rocosa que servía como ring, alrededor se concentraban los grupos de varias hadas como cat y sus hadas del viento, ephiny y las hadas de la música y el canto, Flory con su escolta de hadas del agua y de las flores, entre tantas.

Astra llegaba con su escolta personal con la corona que se había llevado el día del reto, se quito su bella y brillante capa de color dorado mientras su escolta comenzó a ponerle su armadura de combate

–¿Dónde están? – pregunto diana al ver que ni kara ni lena estaban en el gran grupo de hadas amazonas

–de seguro se quedaron dormidas las perezosas, no puede ser que ni en eso tome algo de seriedad esa rubia – espeto Antíope cruzada de brazos

–es eso o no se puede levantar por como la dejo lena anoche– dijo Alex, diana rodo los ojos esperando que no fuera porque se estaban dando caricias mañaneras, se suponía que la noche anterior era la ultima en la que kara se debía de bañar con los polvos de hada para que sus dones y dotes de nacimiento se hicieran más visibles

–¿Qué pasa? ¿acaso me tuvo miedo otra vez? – grito Astra completamente preparada con su armadura de combate – no me iré esta vez sin haberme proclamado reina de anwyn– o si no alguna de ustedes deberá de tomar su lugar– dijo blandiendo su espada amenazadoramente

Alex se trono los huesos del cuello, estaba a punto de callar a la absurda hada y hacerla tragar sus palabras –espera, tu no podrás hacerlo.... Solo un hada podrá proclamarse reina de nuestro pueblo– dijo diana deteniéndola – en dado caso antíope o yo seremos las únicas en responder por la corona–

–no voy a permitir que diga nada de mis amigas– gruño la reina de ébano, Sam abrazo a su esposa para que se calmara lo cual no sucedió

–ahí están– señalo Sam hacia una cueva donde el resplandor de lena hacia iluminar – ¡wow! lena brilla como cola de luciérnaga –

Alex rodo los ojos, era verdad brillaba por la enorme felicidad que no se podía negar, los cuchicheos de alrededor cesaron en cuanto vieron a las dos entrar a la gran sala de combate – aquí estamos – dijo lena dejando su morral en el piso para comenzar a preparar a su aprendiz–

–¿Cómo te sientes kara? – pregunto diana revisando a la sonriente reencarnación de su sobrina

–de maravilla– contesto ella con un extraño brillo en los ojos mirando a su novia que colocaba la protección en sus botas

–¿pueden dejar de mirarse así? – pidió Alex a ambas amantes – ya sabemos que lena te dio la mejor noche de tu vida, solo que me están poniendo muy..... mmmmhmmmm, olvídenlo.... Solo no se vuelvan a mirar así ¿ok? –

–kara cariño, lleva estas cosas contigo– dijo Sam entregando un costalito lleno de plumas al cual amarro al cinturón de su aprendiz – no sabemos si esa hada es mas tramposa de lo que se ve –

–gracias Sam– lo último en colocarse fue la enorme capa de color rojo sobre sus hombros, asintió mirando a diana que la veía demasiado callada para su gusto –estoy lista –

– eres toda una amazona ..... mi hermana estaría orgullosa de ti– diana coloco sus manos sobre el hombro de la joven y le sonrió – creo que esto también te puede ser útil –dijo dándole un escudo con el sello de su familia –vamos cariño quiero ver como le pateas el trasero a nuestra hermana mayor–

–espera– pidió kara al ver que ya era llevada al centro del cuadrilátero para despedirse del amor de su vida

La rubia llego junto a lena para abrazarla – te amo lena, mi promesa será cumplida –

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora