Capítulo 103 Hechizada

208 31 51
                                    


-por favor, no me dejes de esta manera - linda se acercó mas a Mogana. tanto que podía sentir su respiracion en su boca -tu eres mi todo, sin ti no podrai vivir - Morgana sintio que su corazón rompia su caja toracica con cad golpe que daba, trato de calmar su respiración   pero ya era tarde linda se había percatado de ello

-aleate insolente- Morgana trato de alejar  a linda sin mucho éxito, aquella hada parecía haber recibido algún poder extraño — no te muevas o te mataré —

–no me importa morir si es por tu mano, es más terminarías con mi suplicio de una vez por todas... Si tú me niegas tu amor sería mejor la muerte – Morgana se sintió entre la espada y la pared, era como si estar cerca de linda disminuyeran sus poderes – solo no te niegues al amor que sentimos, se que tú también lo sientes – los labios de linda se estamparon salvajemente sobre Morgana que la recibio con una fiera mordida haciendola sangrar del labio 

La bruja no pudo más era como si la sangre de aquella hada la llamara a recibir todo lo que ella tenía para dar, en un principio solo quería hacerle daño y cuando menos sintió linda había tomado la batuta dejándola a su merced – idiota.... Tratas de engañarme – los labios de linda no la dejaron hablar mientras con sus diestras manos tentaba el camino hacia su escote – te cortaré la mano y me comeré tu corazón –

–haz de mi lo que quieras– Morgana rompió su camisola mientras linda volvía a atacar con sus labios y sus manos subían la falda de Morgana llegando a desatar los lazos del vestido – hazme tuya, quiero hacerte mia - Morgana volvió a jalar de su última prenda que cubría su pecho, entonces ahí se percató de lo que escondía linda

– maldita – Morgana aventó a linda con todas sus fuerzas mientras la despojaba de aquel amuleto de fauno –querias hechizarme perra.... ¿Acaso tu hermana te mando a asesinarme?– de pronto ya en las manos de Morgana aquella cosa se iluminó de color verde haciéndole caer de espaldas mientras la hacía convulsionar en el piso una y otra vez, una bruma de color morado salía por cada poro de Morgana y aquel amuleto absorbía poco a poco

Linda apenas se recuperaba del embriagante hechizo de amor respirando tan profundamente como podían sus pulmones, en ese mismo momento Morgan volvió a entrar  a la recámara de su jefa con su séquito de magos –que has hecho maldita hada– Morgan dio la  orden para que la atraparan mientras el veía la manera de quitar eso de las manos de Morgana sin salir lastimado – llevenla a la torre de los sacrificios ¿ Esta bien mi señora?–

Morgana parecía aturdida, desconcentrada y vulnerable – porque tardaste tanto, esa maldita hada casi me mata– la bruja vio como Morgan tomaba cuidadosamente el objeto poniéndolo en un frasco contra hechizos –aleja esa porquería de mi vista,  creo que esa perra vino a matarme con el–

–es un hechizo muy poderoso –

–de seguro Lena y su maldita hada la enviaron a asesinarme..... – Morgana apenas podía caminar  del coraje y de l dolor inflingido por el arma 

–creo que se cómo lo podemos usar a nuestro favor, no creo que sea el único poder que haya absorbido.... Toda esa maldad contenida puede crear algo verdaderamente maligno – el amuleto parecía chillar dentro de aquella celda 

–esta bien, después de que hayas acabado con eso me gustaría comer hada, tengo también algunos hechizos que me harían más poderosa con su sangre– Morgan asintió llevándose esa cosa de ahí 

Para cuando la noche cayó Morgana había preparado a aquella castaña escurridiza en la mesa de sacrificios, linda yacía atada de pies y manos mientras veía como Morgana preparaba alguna clase de pócima en un enorme caldero en la mitad de aquella sala, era como si hiciera hervir brea caliente en ese pozo maligno –espero que hayas gozado de una buena vida, no me gusta comer hadas insípidas para postre– la bruja estaba ataviada con una clase de bata púrpura y negra  tenía varios amuletos encantados que linda presentía eran para menguar el dolor que el amuleto de fauno había provocado 

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora