Capitulo 40 la aprendiz de lena luthor

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Después de que kara aprendió a poner resistencia en su cuerpo, Alex y ella comenzaron a combatir como se debía, las tres brujas sabían que era cuestión de tiempo que kara adquiriera sus poderes de los cuales estaba prevista desde su nacimiento, solo que como lo había dicho diana, hasta que volviera a la tierra mágica de Anwyn no tendría de regreso

Sam comenzó con sus lecciones tratando de que la rubia con alma de cachorro aprendiera a volar cual pájaro, primero hicieron ejercicios a mediodía cuando el sol amarillo estuviera en plenitud sobre el cielo, Sam baño a kara con polvo de hadas para después intentar cambiar su pensamiento y que pudiera relajarse para comenzar a flotar

–bien cariño, estas logrando relajar tu mente– dijo Sam con kara en el piso casi orinándose de risa

–jajajaja eso fue trampa, yo no tengo plumas para hacerte cosquillas– kara respiraba intensamente tratando de recobrar su compostura, Sam le había hecho cosquillas hasta que casi se orina con tal de que entrara a un estado de relajación adecuado

–ahora que ya estas un poco relajada y dispuesta.... Necesito que cierres los ojos– pidió Sam

–me vas a enseñar a convertirme en pájaro? – pregunto la rubia sentada sobre el pasto con ambas manos elevando su torso – me encantaría poder ser una canario–

–esta vez no cariño–

–está bien– kara se recostó sobre el pasto cerrando los ojos

–extiende tus manos al lado tuyo y concéntrate en mi voz..... siente el calor del sol pegando en tu cuerpo, siente como la misma luz te da energía..... – Sam le indicaba mientras caminaba alrededor de la rubia – escucha el viento kara, siente el viento jugar con los vellos de tu piel, escucha a los árboles, pon atención en sus ramas bailar con el viento....– dijo Sam viendo como kara se perdía con su voz

Ya una vez había hecho el mismo ejercicio con lena y ella le había asegurado que estaban flotando debido a su magia, aunque kara siempre pensó que lena era demasiado sobreprotectora con ella y no quería romperle el corazón diciéndole la verdad, se había sentido extraordinario haber podido flotar, aunque hubiese sido un momento y mas en los brazos de lena

Su pensamiento la hizo sentirse fuera de sí, era como si hubiera regresado a aquel momento mágico, sabia desde aquel momento que lena siempre seria su pensamiento feliz, trato jugar con el pasto debajo de sus manos, pero ¡oh sorpresa! Ya no sentía el pasto –Sam ¡Sam! – la rubia abrió los ojos percatándose que ya no estaba en el suelo si no que flotaba a diez metros sobre este

–no tengas miedo kara, mantenla calma, relájate– pidió Sam un poco preocupada ya que, aunque su cuerpo había resistido a los golpes fuertes que le proporcionaba su esposa no funcionaria de mucho su resistencia si kara perdía la concentración – piensa en algo lindo, piensa en algo lindo– decía Sam siguiendo a kara mientras flotaba sobre ella – cuidado con el árbol–

–dios, no puedo concentrarme mucho contigo gritando– dijo kara desesperada flotando hacia donde había mas arboles

–creo que me pase de polvo– dijo Sam convirtiéndose en pájaro para volar hasta el pecho de kara – ¿crees que puedas bajar de nueva cuenta tu sola, pero sin golpearte mucho? –

–¿Cómo crees que voy a hacer eso? – preguntó el cachorro evadiendo las ramas mas peligrosas de los pinos – y si mejor llamas a Alex o a lena– pidió

–pero en lo que tardaría ir por ellas no se si te pierdas en la deriva..... por cierto ¿A dónde crees que vas? Porque en vez de ir hacia el bosque mejor te diriges hacia el campamento, es menos peligroso ¿no lo crees? –

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora