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Ámbar
Luego de largas horas de descanso y una ducha dónde me hicieron bailar música infantil, el cansancio eterno que creía tener disminuyó bastante.
Quizás sólo necesitaba mi cama, volver a casa.
Mientras busco algo de ropa cómoda, Mía que ya está vestida entra al armario con el cabello aún húmedo y el perro blanco en sus brazos.
—Mira mi Bestia—alude un poco molesta.—Ya no está pequeñito como lo dejé.—objeta cuando volteo a verlos y el cachorro, ciertamente ahora más grande me ladra.—Y no estuve para verlo crecer.
Lo deja en el piso y mira al cachorro con tristeza.
—Lo verás crecer desde ahora, y será mucho más grande.—intento consolar, pero se cruza de brazos.
—Eso no quitará que ahora haya crecido sin que lo viese.—espeta y alzo una ceja haciendo una mueca con los labios.—La próxima vez que vayamos de viaje nos lo llevamos.
Asiento para dejar el tema.
—Y apresúrate por favor, que todo es culpa de Noah; ya Denisse me dijo que él se lo llevaba a su casa y seguro le daba mucha comida para que creciera rápido.—se cruza de brazos.—No se saldrá con la suya.
Sin más se da la vuelta y sale siendo perseguida por el perro que empieza a ladrar. Observo el lugar por dónde salió unos segundos con las cejas fruncidas... Tiene seís, en diez años acabará conmigo.
Respiro hondo y continuo con lo mío para luego bajar. Saludo a Denisse que me avisa que Mía me espera en el patio de adelanté así que me encamino hacia allí, encontradola jugando en el césped con el perrito blanco.
Desde que llegamos está insistiendo con ir a casa de Lie por lo que no se toma el tiempo de contradecirme cuando le digo que deje al cachorro y venga. Los Smith son otros que no han tenido descanso en las últimas semanas; me he mantenido en contacto con Amelie y Hansel a diario, él se encarga de la construcción que no ha parado desde que se inició, sin embargo ha tenido demasiadas trabas a causa de los trabajadores.
Además de eso es quien había estado haciéndo presencia fuerte en la empresa de su amigo, por lo que se dividía en dos durante el días. Amelie por su parte se encarga de números, de la gerencia de todos los centros que ahora tienen a su cargo, de los socios y todo eso. Últimamente está trabajando desde casa para poder también estar al pendiente de Noah, quién ya está mucho mejor.
La puerta de la casa de los Smith me la abre una empleada y Mía se adentra corriendo y llamando el nombre de su amigo en voz alta, aunque parece haber olvidado que venía a reclamarle por haberle crecido el perro. Entro a la casa trás ella que trae las manos llenas.
—¡Noah!—grita contenta dejando en evidencia lo mucho que le extrañaba.—¡Noah!
—¡Estoy haciendo popo!—río con la respuesta que recibe desde arriba.
—Iug.—exclama ella haciendo una mueca en mi dirección.
—¡Espera un momento, no te marches!—pide Hansel 2.0.
—Por lo menos tengo la seguridad de que estoy críando a un hombre totalmente sincero.—aparece Amelie apretando los labios divertida con lo que también escuchó. El pecho se me infla al verla y siento que pasó una eternidad... La eché mucho de menos.—El primer hombre sincero y nada mentiroso que nadie nunca conocerá jamás.
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Mil razones
RandomEra imposible escapar de la bestia, era imposible amar a la bestia; todo esto ella lo rectificó. Cayó en sus agarras y amó estar allí, pero las mentiras dañan, hieren y destrozan. Las mentiras y traiciones hicieron de las paredes sólidas de su amor...