Capítulo 51

4K 555 247
                                    

El silencio, siempre había estado cómodo con el silencio y tal vez eso se debía a que rara vez lo experimentaba. Pero ahora, el silencio era insoportable. 

Al crecer en uno de los poblados más pobres de Naram siempre había ruido. La pequeña casa que poseía su familia estaba cerca de uno de los centros de comercio así que era habitual escuchar gente gritando o peleando. Desde su perspectiva no era el mejor lugar para crecer pero siempre sería mejor opción que crecer en las calles. 

LùHán, aprendió a apreciar el silencio pero ahora parecía ahogarlo, si las cosas se mantenían tranquilas a su alrededor solo era indicativo de que sus planes estaban fracasando. Algo que parecía ser una norma desde hace semanas. 

Las tropas que enviaba a las fronteras de Giftenkker cada vez volvían con menos hombres, y aquellos que lograban regresar informaban sobre extraños animales, Byun Baekhyun no había sido visto de nuevo en ese territorio, pero los Renkark sí. La gente de Solufell seguía en Kiverr, al parecer la enemistad entre los reinos aún se mantenía y los informes que llegaban decían que la situación entre los reinos era cada vez más tensa. 

Todos sus planes estaban pendiendo de un hilo y para este punto, lo único que podría ayudarlo era que el conflicto armado estallara de una vez entre Solufell y Giftenkker. Necesitaba que esa guerra comenzará realmente, no un tratamiento hostil, se requería de un baño de sangre. 

Sus ojos vagaron entre los varios pergaminos sobre aquella vieja mesa. Las promesas de algunos hombres poderosos estaban en aquellos trazos de tinta. Pero para obtener su ayuda primero debía demostrar que está era una guerra que aún podía ganar. 

"El lado ganador siempre paga".

Eso fue algo que muchos ya le habían dicho, nadie iba a darle dinero o enviar hombres si no tenían la seguridad de obtener de vuelta su inversión. Sólo había un hombre que había ofrecido su ayuda aún sin garantías de que esta le fuera devuelta, pero el rey Yee no era alguien que le gustaría tener de aliado. El hombre era conocido por ser un traidor mentiroso, alguien que siempre estaba a favor del mejor postor, así que no sabía porque se había ofrecido a ayudar sin exigir nada a cambio. 

LùHán mordió su labio inferior, sus manos repasando los trazos de tinta en aquellos pergaminos, debía seguir firme, confiar en que aún había algo que podía hacer. Mirando por la ventana rota al exterior de aquella vieja y destartalada Villa, sus ojos vagando por aquellos pastos verdes y un cielo claro y despejado, recordó cómo había sido crecer en Naram, de los cuatro grandes poblados de Ryhul, Naram era el segundo más grande pero también el más poblado. 

Naram era conocido por sus artesanías hechas a base de joyas que eran excavadas de las minas que abundaban en la tierras. Gemas brillantes, llamativas y hermosas pero que jamás serían tan valiosas como los diamantes de sangre, pero seguían siendo algo muy codiciado. 

Pero él no creció en la parte más adinerada del poblado, él creció cerca del territorio de las minas, justo a un lado de un pequeño lugar de comercio donde se hacían intercambios, apuestas y peleas por productos básicos. Su casa siempre estaba rodeada de gritos, llena de tierra que salía de las minas y las carencias en comida o cualquier cosa eran algo común. 

Ryhul era una gran potencia económica en Külmery, pero sus poblados no eran precisamente un reino hermoso, sólo algunas partes eran dignas de visitarse, no era Syrum con sus hermosos paisajes y ríos, con sus exóticos elefantes y animales o sus minas de diamantes de sangre o con el acero Syrrs. Tampoco tenían los paisajes desérticos de Remless o Thurkul, y crecer en los barrios pobres de Ryhul era peor que hacerlo en el desierto. 

Así que había sido difícil, desde muy pequeño aprendió que debían hacerse sacrificios para poder llevar algo de comer a su mesa, creció de esa forma. Y desde joven supo que su desdichada vida se debía a alguien más. Su abuela le había contado las historias de sus antepasados, y como ellos estaban destinados a la grandeza pero egoístamente habían sido privados de ello.

Rey de Coral  *KookV* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora