Capítulo 38

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Las risas llenaban la habitación. Los sirvientes que recogían y acomodaban al otro lado de la recámara de los Reyes estaban un poco confundidos por escuchar tantas risas venir de la habitación. Sobre todo cuando se suponía que ambos jóvenes debieron salir hace rato para atender sus respectivas tareas. 

Ninguno se atrevió a perturbar la intimidad de los monarcas, escuchar aquellas risas era mejor que desatar la molestia del rey consorte. 

—¡Mi Lord!. 

Todos comenzaron a hacer reverencias al joven doncel que se acercaba con el rostro serio. Cuando el rubio se colocó frente a las puertas de la recámara una jovencita lo detuvo.

—Los Reyes aún no se levantan. 

Beom-Gyu levantó una ceja. —Eso no interesa.

Sin importar la mirada en el rostro de la chica decidió abrir la puerta. TaeHyung ya tendría que estar listo, tenían varios asuntos que atender y su amigo no podía darse el lujo de seguir en cama, no cuando Beom-Gyu ya estaba levantado y soportando las atenciones innecesarias de varias personas. Él seguía maldiciendo la hora en la que Hyung Sik pensó que sería buena idea revelar quien era en realidad. 

—¡Por Kürr!

Cerró la puerta con fuerza y se giró par que sus ojos sólo pudieran ver la madera blanca. La imagen que acaba de presenciar no era una que quisiera recordar. No importaba que tan amigo fuera de TaeHyung, había algunas cosas que era mejor no saber, o ver. 

—No deberías haber entrado—la voz gruñona de TaeHyung se escucho demasiado alto—. Se supone que debes anunciarse antes de entrar a una habitación, Lord Choi. 

Tomando un pequeño adorno de oro de una mesita cercana se dio vuelta y lo arrojó en dirección de su amigo. La cosa ni siquiera se acercó a TaeHyung, haciendo que este riera con fuerza. 

—Yo… 

Ambos rubios miraron a JungKook, Beom-Gyu apartó la mirada con rapidez, el rey seguía en la cama, desnudo, bajo las sábanas. 

—Hay cosas que atender—sus ojos azules se enfocaron en TaeHyung—. Dahyun solicitó reunirse contigo y el asunto de la llegada de los Renkark no debería demorar más de tres días—una ceja rubia se levantó en desafío—. Vístete y encuentrate conmigo en la biblioteca. 

Sin esperar una respuesta dio la espalda a su amigo y salió de aquella habitación, cuando los sirvientes fuera de la recámara lo vieron hicieron ligeras reverencias. Odiaba eso. 

Con pasos pesados recorrió los compartimentos que constituían la enorme habitación de los Reyes, al salir al pasillo se encontró con SungHoon. 

—¿Ha sucedido algo?—miró al guardia con duda. 

SungHoon no respondió pero le dio una mirada intensa. Ambos comenzaron a caminar por aquel pasillo, alejándose de la habitación. Cuando llegaron a la gran escalera, SungHoon hablo. 

—Tenemos un problema. 

—¿Uno más?—su tono se volvió incredulo, ya no podían seguir teniendo problemas, su cabeza ya estaba doliendo y eran las primeras horas del día. Dejo escapar un largo suspiro—. ¿Qué está pasando ahora?. 

—Lady Lisa descubrió algo interesante. 

Sus labios formaron una mueca ante la mención de la rubia, ella ahora podía estar de su lado pero seguía sin agradarle y sin confiar en ella. Lisa podía no ser muy lista pero no por eso debían subertimarla. 

Rey de Coral  *KookV* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora