Capítulo 17

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JungKook tiró de su cabello con desesperación, estiró su brazo, la punta de sus dedos rozando el picaporte de la puerta. Se arrepintió al último segundo regresando en sus pasos. 

Cerró su mano derecha en un puño y la levantó, tal vez tocar sería lo más apropiado, TaeHyung siempre entraba a su cuarto sin llamar pero suponía que el rubio se volvería loco si él hacía lo mismo. Todo era tan complicado con TaeHyung.

Llevaba ya unos días queriendo hablar con el rubio, pero todo se complicaba. Sabía que mañana el rey SeokJin estaría de visita y quería hablar con TaeHyung antes de que este hablará con su primo. Ya era muy malo tener a los nobles hablando mal de su matrimonio como para dejar que SeokJin llenará la cabeza de TaeHyung com ideas raras. 

Temía por lo que haría su esposo después de hablar con SeokJin. Podía ver perfectamente a TaeHyung abandonando el reino después de hablar con su primo. Y eso lo aterraba. Por eso no podía aplazar más su conversación, necesitaban aclarar las cosas, últimamente compartir algún momento juntos era más difícil. Había demasiados asuntos que tratar y cosas que requerían su supervisión, TaeHyung estaba lleno de tareas, visitaba el pueblo así como villas de crianza para la obtención de carne y recursos. 

Tomando una profunda respiración se dio valor para tocar la puerta, pero cuando sus nudillos se acercaron a la madera, la puerta se abrió.

TaeHyung y él se vieron directo a los ojos, ambos sorprendidos por ver al contrario. Debían llevar unos cuatro días sin verse en absoluto. 

—Majestad—el rubio inclinó la cabeza en gesto de respeto, pero sus ojos aún mostraban la duda que sentía al verlo frente a su puerta. 

JungKook regreso el saludo sutil y miró sobre el hombro del rubio para divisar parte de la recámara. No pudo ver mucho pues Beom-Gyu estaba detrás de TaeHyung obstruyendo su visión. 

—Me preguntaba si tendría un momento— miró de nuevo los ojos dorados del doncel—. Hay un par de cosas de las que me gustaría conversar. 

El rubio inclinó ligeramente la cabeza y pareció meditar la idea por unos segundos. Los nervios de JungKook aumentaban a cada segundo pero terminó por relajarse cuando TaeHyung asintió. 

Salió de la habitación y ambos caminaron unos pasos para tomar asiento en el sofá que había en la pequeña estancia que dividía sus recámaras. 

—Trae té y galletas—ordenó el azabache y una mujer rápidamente salió en busca de lo que habían pedido. 

—Me gustaría algo de fruta—pidió el rubio—  y agua, mi estómago no se siente muy bien hoy. 

JungKook hizo una señal para que trajeran lo pedido y otra para que los dejarán solos. Una vez solo fueron ellos dos miró con preocupación el rostro del rubio. 

—¿Estas enfermo?—necesitaba saber si TaeHyung estaba mal, aún no había podido hablar con él sobre sus visitas al médico y ese anciano había estado fuera del castillo unos días por lo que aún no sabía nada sobre a salud de su esposo. 

TaeHyung hizo una mueca—. No dirá que estoy enfermo, es solo que me siento algo asqueado con la comida. 

JungKook trato de pensar en que podría causarle aquello al doncel, recordaba que de niños TaeHyung nunca hablo sobre estar enfermo, de hecho nunca hubo noticias sobre que el príncipe enfermara. Hubo un tiempo en el que SeokJin enfermó, todos en Rikegisk supieron de eso, era fácil saber sobre la salud de los monarcas y miembros de la familia real, aquellos eran secretos que se gritaban a voces. Nada podía estar en secreto para los reyes. 

Rey de Coral  *KookV* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora