UN HARRY POTTER DIFERENTE

Capitulo 60

En el momento que los competidores estaban arriesgando sus vidas en el laberinto en las afueras los espectadores no podían ver ni saber nada de lo que estaba pasando allí dentro, debido a la altura que habían hecho crecer las plantas; así que al igual que en la segunda tarea los asistentes solo estaban sentados en las gradas viendo nada a la espera de que alguno de los campeones se alzara con la victoria.

Por otra parte la familia extendida de Harry sí que estaba al tanto de lo que estaba sucediendo mientras estaban sentados en las gradas, gracias a un espejo de doble vía que este cargaba; aparte de la comunicación que mantenía mentalmente con su esposa en todo momento, por lo cual justo en el momento que llego al centro del laberinto y estuvo al frente de la copa todos se dieron cuenta de lo fácil que fue llegar siendo el mismo Harry el que expreso sus preocupaciones mentalmente "Hermione tengo la sensación de que esto fue muy fácil" mientras hacia sus inspecciones a los alrededores, "lo sé, pero ten en cuenta la preparación previa que tuviste; ya sabias a lo que te ibas a enfrentar y tenías ventaja sobre los demás" le respondió ella igual de preocupada por lo que pudiera pasar de ahora en adelante.

Y fue gracias a ese monitoreo que pudieron observar el momento en el cual toco la copa y desapareció de Hogwarts, siendo los primeros en levantarse de sus asientos y dar alerta de lo que estaba pasando, dejando a los presentes sorprendidos y sin saber que decir o hacer, ya que Minerva confirmo la información al instante al dar a conocer que sintió como las salas de la escuela fueron violadas, ella era la nueva directora y por ello estaba conectada a ellas.

Después de las palabras de la directora el primero en pronunciarse fue Dumbledore quien dijo:

-Es una pena lo que ha pasado con el joven Señor Potter, pero ya con esto podemos saber que su participación en el torneo fue una trampa como se temía; ahora solo resta esperar y ver si Harry puede regresar a nosotros con bien- todo esto lo expreso sabiendo de antemano que en esos momentos el niño que vivió quizás se encontraba frente a Voldemort, cosa que ya había sospechado que podía pasar,  tan solo tenía que esperar y ver que iba pasar y ver como cualquier acontecimiento lo podría beneficiar.

En lo que el viejo estaba perdido en sus pensamientos y hacia sus penosas declaraciones Sirius hizo su retirada y llamo a los elfos para que lo llevaran junto a su ahijado. Por otro lado, Harry había aterrizado en un cementerio en el medio de unas tumbas un poco desorientado gracias a lo repentino de la activación del traslador, pero no tuvo mucho tiempo de recomponerse porque inmediatamente escucho la voz de un hombre.

-¡Mi señor, ya ha llegado el chico Potter!

-¿Y que estas esperando?, Atalo a alguna lapida y comencemos con el ritual- se escuchó una segunda voz la cual asumía era la que le pertenecía a Voldemort.

Sin embargo antes de que el hombre se pudiera acercar, Harry se movió del camino y se ocultó detrás de una lápida para no hacerle fácil el acceso hacia su persona; aparte ya había sentido la presencia de Hermione llegando al sitio,  solo restaba esperar que arribará el resto de su familia e iniciar un plan de acción el cual todavía no tenía claro, debido que desde el lugar donde se encontraba no tenía mucha visibilidad para ver a que se estaría enfrentando.

Por otro lado, el señor oscuro no hacía más que dar órdenes a Petigrew para que encontrara al niño que vivió de una vez por todas y comenzaran con el ritual, ya que no había tiempo que perder porque el cuerpo que estaba ocupando lo sentía cada vez más débil y temía no poder resistir el rito que tenía planeado.

Cosa que no pudo lograr el animago rata, debido a que cuando el hombre intento acercarse a la ubicación donde se encontraba el adolescente; Este aprovecho el momento para mandarle dos hechizos un desarmador y uno cortante para dejarlo fuera de combate por unos instantes en los que Hermione también acciono y conjuro unas cuerdas que ato fuertemente alrededor de Petigrew para impedir que el hombre volviera a levantarse y entorpeciera sus planes.