III

435 52 2
                                    

Tiene 10 años cuando sus padres le preguntan que hace con el dinero que le dan, Mikoto no quiere responder, sabe que ellos son aburridos y jamás entenderían lo que es un corazón enamorado, por lo que solo responde que lo gasta en cosas que tienen importancia. Como sus padres confían en él por ser un niño bueno, lo dejan en paz.

Cuando sale de clases no toma un camino directo a casa, se desvía y camina por lo menos quince minutos para llegar a ese horrible lugar donde todos lo miran y se alejan, donde todos le temen a todos, y donde su amado Minato siempre se encuentra rayoneando viejos libros de una escuela pública, a Mikoto le guata llegar en esa vieja casa y sentarse a un lado de Minato sin decir nada, solo se sienta y saca sus cosas para comenzar con su tarea, es cuando el ex pirata lo mira y hace una mueca de disgusto.

Mikoto siempre se inclina para ver cuál es la tarea que atormenta al pequeño omega, y siempre sonríe porque es tres años menor y ha visto eso en clase desde hace tiempo, lo sabe bien y puede ayudar, pero no dice nada, solo espera y regresa a su complicada tarea.

—Hey, tú—Lo llama Minato y el mayor no puede contener una sonrisa traviesa, finge no escucharlo para que lo llamen por su nombre pero Minato opta por darle una pequeña patada. —tú, no entiendo esto. Explícamelo.

Mikoto eleva el rostro y su sonrisa no ha desaparecido, está esperando a que Minato le dé algo a cambio de su ayuda. El niño suspira y se inclina, Mikoto acerca gustoso su mejilla y recibe un beso del menor, apenas un toque con un lindo chasquido pero es suficiente. Se gira y procede a explicar gustoso.

Cuando terminan los deberes Mikoto saca de su mochila lo que Minato tanto espera; dulces y frituras que el mayor siempre le da al terminar la tarea, es un premio por comportarse bien.

Minato ataca sin pensarlo dos veces, toma su chocolate preferido y se lo lleva a la boca gustoso, por otro lado Mikoto suelta una pequeña risa mientras ofrece más dulces. Eso es en lo que gasta su dinero, en hacer feliz a su pequeño amigo todos los días, quizás es por eso que Minato ya no se mete en tantos problemas o que hace su tarea. Cuando los dulces se acaban Mikoto vuelve a acercar su mejilla y recibe otro beso, es el último que obtiene antes de guardar sus cosas e irse a casa.

"Hasta mañana, Minato"

Es lo que siempre dice cuando se está alejando, Minato solo asiente y espera a que se aleje para correr con sus malos amigos y jugar algún juego probablemente malo.

Lifelong Love  [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora