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-¿Por qué tienes rasguños?- Le pregunta Minato a Shiba cuando ambos se encuentran en el precioso jardín.

Los brazos de Shiba le han llamado múltiples veces la atención a Minato, simplemente no puede evitar mirarlos hasta que siente que su mayor se da cuenta y trata de desviar la atención. Siempre quiso preguntar, pero al no encontrar el momento correcto todo se quedaba como un corto momento vergonzoso.

Shiba le sonríe mientras deja el té sobre la mesa. Ya se esta acostumbrando a esas sonrisas, pero no se aburre de ellas, le gusta verlas porque despues de unos segundos le contagia y terminan riendo.

El mayor se levanta de la silla y camina hasta los rosales. El jardín de la gran casa sin dudas es lo que más llama la atención, esta lleno de preciosas flores casi de cualquier tipo y los arboles abundan, Minato piensa que fácil podría ser un pequeño parque en vez de un jardín. Shiba apunta al árbol sobre los rosales y Minato alza la mirada, es ahí cuando ve el nido y no termina por comprender.

-De vez en cuando se caen, sobreviven pero no pueden regresar.- Habla Shiba. -Si tardo demasiado quizás su madre los de por muertos, por eso los levanto cuando los veo caer.

Las rosas tienen espinas, y Shiba es demasiado tonto como para no protegerse de ellas. Mikoto jamás haría algo asi, buscaría otra manera de ayudar a los pájaros o simplemente no lo haría.

Shiba no parece ser muy inteligente.

-Eres... - Suspira. -Tienes que protegerte la próxima vez.

Shiba asiente y de nuevo le regala una sonrisa que lo hace sonreír.

Lifelong Love  [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora