Lifelong Love [MikoMina]

VI

Cuando se vuelve a dar ese encuentro entra las adultas, Mikoto está sentado frente a Mirai, ambos frente a frente intentando jugar en sus mundos propios e ignorar los ajenos, y aunque las señoras piensan que no los observan ellos saben que están atentas a cada movimiento. Mikoto ya tiene 10 años, pero se siente de 6 al estar armando su rompecabezas en el suelo con las miradas en su espalda, como consuelo piensa que todo recae en Mirai que parece de ocho. Mikoto eleva el rostro cuando pierde una pieza, la niña no se ha dado cuenta y sigue peinando con furia a la muñeca, la pieza ha caido cerca de ella.

- Mirai - La llama Mikoto y la pequeña lo mira sin interés. -¿podrías darme la pieza?- Mikoto apunta y Mirai sigue ese camino invisible que la lleva hasta la pieza perdida, la toma con sus delgados dedos y la examina con curiosidad. -Es parte de la bandera.

-¿Piratas?-pregunta ella con una dulce voz y Mikoto asiente. -¿Por qué piratas?

-Me gustan.- responde aun a la espera de la única pieza faltante. -Son valientes y fuertes.

-Son sinvergüenzas que roban y matan sin pensar en los demás, son egoístas- Mirai suspira con frustración. -"Alfas"; les gusta cualquier cosa que parezca de "acción" son tontos por naturaleza.

La pequeña le entrega la pieza sin más, pero Mikoto está molesto, él no está ahí para que critiquen sus gustos o le digan en la cara que solo por ser un alfa es tonto.

-Díselo a la muñeca que llevas, no tienes ni once y ya eres mamá. Todas las omega son aburridas.

-Y los alfa unos inmaduros, torpes y groseros.

-Las omegas son creídas, molestas y fastidiosas.

La pelea sigue y las señoras no contienen la risa, Mikoto está molesto y no quiere completar su rompecabezas con la pieza que le ha sido otorgada por una niña tonta. Piensa que Minato sería más razonable, no se guiaría por esos prejuicios ¿verdad?. Al menos él no es una omega tonta, Minato es un niño Omega, lindo, valiente y fuerte que le encanta jugar.

Cuando la discusión termina los niños corren a sus madres, aunque para ser honesto Mikoto corre a la puerta, no soporta estar en la misma habitación que una niña, pero su madre no lo deja, quiere que se quede para despedir a las demás.

No le gusta Mirai, quiere que se vaya y no volverla a ver, pero su madre parece contenta y su abuela entusiasmada por fijar otra cita de encuentro.

Detesta las vacaciones.