Lifelong Love [MikoMina]

XVI

El día en el que sus padres le avisan que tendrá un hermano no es tan feliz como ellos esperan, Mikoto no está para nada alegre y eso es porque ya no es un niño pequeño, entiende que la relación de sus padres no está del todo bien y tener un nuevo hijo no la hará mejor, pero prefiere no decir nada y solo asentir a la noticia como si fuera emocionante. Es otoño y comienza a hacer frio, Mikoto ha tomado la nueva costumbre de observar lo que ocurre afuera detrás de la ventana, no es que no quiera salir, es solo que le gusta la vista desde lo alto de la habitación, y porque logra ver cada que Minato llega y se regresa antes de llegar, aún sigue molesto y no le hablara, pero el que Minato sepa que es su culpa y sienta pena de disculparse hace a Mikoto saber que tiene razón, aunque ya no recuerde nada de eso.

Los días y los meses han pasado rápido, y sigue sin entablar conversación con el menor, la última vez que estuvieron cara a cara fue cuando le cerró la puerta, después de eso solo ocurrían sutiles encuentros que Mikoto era el único que veía. Ya no salía de la escuela para despues buscar a Minato y ayudarle con la tarea, tampoco salía de la casa cuando lo veía cerca, prefería solo observar a lo lejos y castigarlo de alguna forma.

Las amistades de Mikoto se han ido sumando, ahora tiene más amigos que antes, ahora que ya no visita a Minato tiene tiempo de ir a sus hogares y pasar el rato con ellos, o incluso puede hacer que ellos visiten el suyo, es como deberían ser las cosas. Poco a poco siente que va dejando a Minato atrás, y eso es bueno, porque desperdiciaba mucho su tiempo cerrándose a varias cosas, siente que por fin se ha librado de un tipo de carga y puede comenzar nuevas amistades, ya no siente que carga la piedra de su primer amor, y piensa que eso deba ser lo único que quede, porque ya nada lo unirá a Minato. Se siente bien, o eso supone.

Cuando su hermano nace ya está entrando el invierno, le alegra ver al nuevo bebé pero sigue preocupado por la estabilidad en su familia, porque su padre no está el día que su hermano nace, y eso le preocupa. Cuando cae en cuenta los meses se han pasado volando, y él ha dejado de lado a Minato.

Ya no es su prioridad y ni siquiera está en la lista de ellas y eso... lo enorgullece.