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Bajo las sabanas todo es mejor para Mikoto, a pesar de que ya no es un niño pequeño le sigue gustando ocultarse bajo las sabanas aunque nadie lo busca, pero es tres veces mejor cuando duerme en su cama cubierto por completo con Minato leyendo a un lado, es tan tranquilo poder usar las piernas de su chico como almohada que queda dormido a los pocos minutos. Asi que, en esos momentos se siente cómodo, no sabe que está leyendo y tampoco le importa, solo le gusta la sensación de estar con él.

El sonido de las hojas del libro lo arrulla, lo reconoce cada que Minato cambia de página.

—Ven conmigo.— Le dice adormilado dando suaves golpes a un lado suyo.

—No puedo, estoy leyendo.

-Aquí se lee mejor.

—Mentiroso, ahí no hay luz.

Mikoto suelta algo similar a un gruñido y extiende su brazo hasta alcanzar el libro de Minato y lanzarlo lejos, su chico se queja pero poco importa porque ya está hecho, nadie ira por el libro abandonado. Mikoto palpa el pecho de su chico buscando como bajarlo hasta él, consigue recostarlo de alguna manera obligándolo a acomodarse a su lado.

—Pareces un niño.

—Entonces dame un beso de buenas noches.

—No es de noche, son casi las tres.

Mikoto patalea, tan infantil como puede intentando no lastimar a Minato, y no se detiene pese al golpe que recibe o al empujón, sigue y pasa a dar pequeños brincos en la cama soltando discretas risas.

—Basta.— Le dice Minato dándose la vuelta ignorando el berrinche, poco sirve porque Mikoto aprovecha para posarse encima y seguir con la rabieta. —Eres un niño...

Minato se rinde, le da el beso de buenas noches a Mikoto. Un suave chasquido se escucha bajo las sabanas y después una sutil risa que es callada con un golpe.

Dieciséis o cinco años, no importa.

Cualquier edad es buena para ocultarse bajo las sabanas y obtener un beso de buenas noches.

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Lifelong Love  [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora