XXVIII

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En su cabeza no deja de rondar la edad de Minato; su chico aún tiene doce años, aunque le causa ternura le impide que la brecha de edad se cierre entre ellos, ahora se siente como las niñas al decir que los niños son inmaduros, porque en esa pequeña brecha caen muchas cosas. Quizás es él quien se da aires de grandeza al tener 15, no lo sabe, en esta edad todo es confuso para el.

Culpa de sus idioteces y errores a su edad y aprovecha para hacer sentir culpables a sus padres también, despues de todo ellos decidieron avisarle que se divorciarían dentro de poco, dejándole en claro que se quedara con su madre y su padre se ira, ya es algo que se esperaba desde antes de que su hermano naciera, pero de igual manera saca provecho cada que puede de ambos, más de su padre porque su madre ya está dejando de ceder al chantaje emocional.

Cada vez que sus clases terminan toma su celular y responde los mensajes que sus compañeros han enviado, no es que sea un buen alumno, solo que no tiene buenas excusas para dar y por lo tanto debe responder.

Cuando teclea observa un anillo en uno de sus dedos, lo hace sonreír al recordar quien se lo ha regalado, porque la simpleza del anillo se lo dice todo; su lindo chico Minato. Toma unos segundos para apreciarlo y despues reacciona con los mensajes de una de sus compañeras, ella quiere que se vean en su casa para terminar un trabajo escolar, y lo peor es que no puede negarse.

Ese día espera a la linda chica, no recuerda su nombre pero esta cien por ciento seguro de que no es Hiwarima o Mirai, aunque ella se comporta como esas dos con un poco más de seriedad, al menos sabe lo que tienen que hacer sin distraerse, la casa de ella es linda y grande, tan cálida que le recuerda un poco a cómo era la suya hace apenas unos años, pero prefiere ignorarlo y concentrarse en lo que deben hacer. Las cosas son acomodadas en la sala de estar y hay pocas palabras que se cruzan, solo se dedican a trabajar casi ignorándose mutuamente, y eso está bien para Mikoto quien solo se interesa por terminar rápido y salir de ahí, porque el excesivo olor a pino fresco que desprende le incomoda, sabe que quiere llamar su atención utilizando ese método, creer es difícil, antes no le hubiera importado. En un momento ella sale dejando a Mikoto en aquella sala, quizás es porque no le interesa ella que es en ese instante en el que se pregunta porque hay tanto silencio, quizás sus padres no estén o tal vez solo sean muy callados.

-Mikoto~ - Escucha la voz femenina llamarle, siente el ambiente pesado y cargado de feromonas de la chica haciendo que se incomode mas.

Se gira para verla y cuando lo hace sus ojos se abren de par en par, le ha tomado por sorpresa, tanto que su boca se quedan sin palabras y sus músculos no se mueven, porque esa chica de la cual no sabe su nombre esta parada frente a él, con el pecho descubierto y solo la falda escolar, demasiado corta.

Debería salir de ahí, debería disculparse y tomar sus cosas, prometerle que no dirá nada, pero no lo hace. No hace nada cuando ella se agacha y gatea, no hace nada cuando sus ojos no pueden despegarse de ella y de su femenino cuerpo, no hace ningún movimiento cuando ya la tiene a centímetros, no puede, Mikoto no hace nada más que dejarse guiar por la que reconoce es una linda omega, su conciencia es turbia y siente un calor desmedido.

Cuando comienzan un caótico beso es cuando sale de su trance, pero no como quizás desearía estando en otra situación, porque corresponde cada caricia y acción que la chica hace, porque deja que su ropa se deslice por su cuerpo, porque acepta quitarse todo menos el anillo en su pulgar. Pierde por completo la conciencia de sus actos en algún punto

Cuando todo termina no sabe cómo ocurrió, porque su ropa esta regada por la sala de estar y no encuentra la manera de ordenar sus pensamientos, y la chica a su lado no ayuda porque ni siquiera sabe su nombre y el verla dormida casi desnuda solo lo empeora. Recoge sus cosas lo más rápido que puede y se pone la ropa de la misma manera, quizás siente vergüenza o este confundido, no lo sabe porque su mente está hecha un caos.

Así es como ocurrió su primera vez; en una sala de estar con una chica de la cual no recuerda el nombre, tiene en cuenta que no es la primera vez que la chica hace eso. Se pierde en lo que debería sentir y en lo que no, en lo que debería hacer, asi que solo huye a su casa.

Más tarde se da cuenta del poder que los Omega pueden tener sobre los Alfa, se siente fatal, quiere retroceder el tiempo y tomar en cuenta las señales, pensó que podría resistir, que podría ignorarlo si una situacion así se le presentaba, que sería más sereno, que nada pasaría y tomaría control de sus instintos. Pero se equivocó.

Quiere culpar de todo esto a sus bajos instintos como Alfa y a la omega por aprovechar su inexperiencia. Siente que los omega...

Son peligrosos.

Lifelong Love  [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora