XXI

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—Di; Soy de Chinoike Mikoto— Le susurra el Mayor a Minato cuando lo abraza por la espalda, el menor se lo quita de encima pero poco ayuda porque Mikoto lo vuelve a abrazar, están al aire libre y es un hecho que a Minato le da pena que los vean tan juntos— Tienes que decirlo para que te suelte.

Minato se sacude, debe de ser raro para dos chicos de catorce y once el estarse abrazando independiente de su género asignado. A Mikoto no le importa que lo vean, de hecho le gusta molestar al menor de esa manera, verlo molestarse y recibir unos cuantos golpes es un lindo recuerdo del dia. Es enero, el regreso a clases es tranquilo por lo que Mikoto opta por visitar un rato a Minato, aun si es muy temprano lo hace porque sabe que él estará ahí.

—Déjame en paz.- Se queja el menor cuando se está cansando, le da unos cuantos golpes pero aun asi Mikoto se aferra - Suéltame.

—Entonces lo diré por ti - canturrea Mikoto directo a su oído. —Eres de Ch...— Y recibe el golpe más fuerte que le han dado en su vida, incluso se dobla del dolor y suelta a Minato. Mira al menor cuando este muestra una cara de asco, sabe cómo es y no se molesta por ello, despues de todo se lo busco, solo un poco.

—¿no tienes que ir a clases o algo asi?— le pregunta Minato cuando Mikoto logra recuperar el aliento.

Mikoto no contesta de inmediato, hace una mueca de dolor y soba el lugar afectado, sigue doliendo pero va bajando la intensidad hasta que apenas siente molestia, pero sigue con la misma acción para preocupar al menor. Reconoce apenas un gesto, Minato lo toma del brazo para que camine.

—Decidí pasar antes.—Dice para despues tomar la mano de Minato e intenta entrelazarlas como aquella noche. Mikoto no lo soltara, lo obligara a caminar con él de la mano al menos por unos minutos. —No quiero ir, es muy aburrido.

Minato suspira, generalmente es Mikoto quien insiste en que ir a la escuela es importante, pero en los últimos días ya no lo siente asi, quizás ser un niño bueno no es lo más divertido del mundo, quizás debería hacer más cosas que realmente le gusten en vez de hacer todo bien, quiere hacer algo mal. Sonríe ante la idea de ser un chico malo, aquellos llamados "bad boys" que tanto atraen a los Omega y que las dejan soñando, le gustaría ser deseado por todas y todos los omega que no fueran "buenas" incluso ha pensado en gustarle a una mujer mayor, y no le sorprendería si lo lograra, porque su apariencia era bastante atractiva, lo único que le faltaba era una buena identidad. Se pierde tanto en sus pensamientos que no se ha dado cuenta de que Minto ya lo soltó, debería exigirle que regrese a tomar su mano pero sigue nadando en esas locas ideas que le hacen fantasear.

-Arruinaras tu perfecta imagen escolar y todos estarán decepcionados de ti.—Dice Minato de manera exagerada. —Mejor vete, ensuciaras tu perfecto uniforme.

Mikoto se mira y comprueba que el uniforme esta impecable, se ve correcto y limpio como debería, comienza a notar que llama la atención porque desentona con las personas y el lugar, incluso desentona con Minato, comienza a avergonzarse un poco porque se piensa a sí mismo como un niño bueno, como un nerd come libros que siempre hace las cosas bien y es ingenuo. Se detiene inseguro y comienza a examinarse en un cristal, se siente estúpido, como uno de esos niños a los que los padres los visten aún a los catorce, suspira y hace una mueca.

-Me veo estúpido.— Se queja resignado, Minato, quien se había adelantado unos cuantos pasos gira y lo ve.

-Te ves bien. — Intenta consolarlo pero el mayor solo suelta un quejido. —Eres guapo, a nadie le interesa como te vistes, aparte, es el uniforme escolar, no puedes hacer nada con ello.

Mikoto no responde, se sigue mirando al cristal de manera quejumbrosa, Minato suspira y se acerca lo suficiente como para quedar detrás de él. Mikoto sonríe al verlo por el cristal y le toma de la mano para despues girarse y atraparlo entre sus brazos.

-Sé que me veo genial, siempre lo hago.— Le murmura cuando aun Minato se encuentra sorprendido. —Por eso le gusto a tantos.

Minato tuerce la boca con desagrado y no se tienta el corazón antes de darle otro fuerte golpe en la boca del estómago que hace que lo suelte, se siente engañado, todo ese tiempo que Mikoto trabajo a su lado para que minato dejara la vida que llevaba fue en vano, Minato aún es un pirata.

Mikoto agoniza en el suelo ensuciando su perfecto uniforme.

Lifelong Love  [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora