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Los doce años son difíciles, entre los cambios y sus padres trabajando no encuentra consuelo ante sus problemas, porque comienzan a aparecer problemas en su vida, como aquel niño que no deja de molestarlo en la escuela o esa niña que no deja de seguirlo, también está peleado con su mejor amigo porque este lo ha abandonado por nuevas amistades, personas que fingen ser buenos pero en realidad son basura y sus dos amigas se han recluido entre ellas dejándolo fuera de todo con la simple excusa de que él era un Alfa y que jamás entendería los problemas de "señoritas" Así que Mikoto se siente solo, detesta la escuela y detesta que sus amigos ya no quieran serlo, al final del día siempre termina con ganas de llorar o de golpear algo.

Pero a pesar de todos esos problemas hay una persona que no lo ha dejado, que siempre está ahí esperando a que llegue a pesar de no llevar dulces, ahora tiene más paciencia y sabe apreciar el esfuerzo que hace Minato por no molestarlo, por cada vez que se equivoca al hacer un problema matemático se disculpa con Mikoto y vuelve a intentarlo y a Mikoto ese es el mejor alago que puede recibir, se siente respetado y querido, siente que a Minato realmente le interesa lo que piense y sienta.

A veces Mikoto quiere abrazarlo con fuerza y decirle que es lo único que lo hace feliz.

Una tarde, mientras Mikoto le explica a Minato cuáles eran las flores mujeres y las flores hombres se da cuenta de que es tarde, ha empezado a oscurecer e incluso los niños con los que Minato siempre se pelea han empezado a salir de sus casas, porque si, habían dos bandos; el de día; Donde se encontraba Minato y el de la noche, Mikoto nunca supo decidir cuál le incomodaba más hasta que Minato le quito el miedo a los niños del día, que si bien eran energéticos, descuidados y a veces un poco malos, tenían un límite y sentían empatía entre ellos dejando atrás el oscuro pasado donde asaltaban a diestra y siniestra a cualquiera que se acercaba, pero los nocturnos eran lo peor, y Mikoto lo sabía porque ellos fueron quienes tiraron a Minato de un árbol hace algunos años, por eso entendía que Minato no lo dejara quedarse tan tarde.

Alza la vista al cielo y está completamente oscuro, las luces han sido encendidas y los niños de día huyen a sus casas mientras ellos siguen en el pórtico de la casa. Minato se levanta tomando sus cosas y abriendo la puerta para aventar todo adentro sin cuidado, Mikoto está a punto de quejarse pero se ve interrumpido cuando Minato toma su mano.

-Te llevare a casa.- Le dice comenzando a caminar con rapidez, es arrastrado así que acelera el paso para caminar junto a Minato, pero aun cuando van a la misma velocidad lado a lado no lo suelta. -Camina más rápido si no quieres que te deje aquí.

-Estoy caminando rápido.

-Entonces corre.

Mikoto le da una vuelta a sus pupilas y comienza a correr dejando atrás a Minato quien reacciona al segundo y lo sigue, quizás el mayor no es lento pero el menor lo pasa con facilidad, es ahí cuando Mikoto duda de que alguna vez el niño frente a él haya tenido una pierna rota. Lo alcanza cuando comienza a bajar la velocidad, lo toma de la mano para no perderlo de vista respiranado agitadamente. Comienzan a caminar despacio cuando las luces de las grandes casas los iluminan, van tomados de las manos porque nadie los ve y eso hace feliz a Mikoto.

-¿Cómo regresaras tú?- pregunta el mayor con una preocupación autentica, Minato niega aun tratando de calmar su respiración. -No puedes regresar solo, aun eres muy chico.

-Solo soy unos años menor que tú, puedo regresar solo a mi casa.

-Pero...

-Puedo cuidarme solo, tu no, eres muy tonto como para hacerlo.- Minato se detiene una casa antes de llegar a la de Mikoto, suelta su mano y da un paso atrás. -Si te pasa algo ya no vendrás a mi casa, tendría que venir yo a la tuya y odio mucho este lugar, nadie me quiere aquí y apuesto a que tus padres no me dejarían verte, así que deja de ser tan irresponsable y no te vuelvas a quedar hasta que oscurece... Alfa idiota.

Minato se da la vuelta y comienza a caminar de regreso, se detiene a los tres pasos y se gira con rapidez corriendo hacia Mikoto y dándole un rápido beso en la mejilla, lo toma por sorpresa haciendo que no reaccione, mariposas brotan en el estómago del mayor porque sintió los labios de Minato muy cerca de los suyos. Minato lo empuja y se va corriendo.

A Mikoto le causa gracia porque más que una niña enamorada su chico aparenta ser lo que es;

Un niño huyendo porque quizás hizo algo mal.

Lifelong Love  [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora