Sabía que el imbécil sería un problema.
Antes de que pusiéramos un pié en el edificio, mi equipo de seguridad ya sabía que Ryan estaba ahí y esperando. Por suerte dejamos al niño en Escala para evitar el puto drama.
—Ten cuidado —advierto mientras subimos al ascensor—. No le hables, o mejor aún, deja que yo lo haga.
Ella presiona sus labios, echando un vistazo primero a Taylor y Sawyer antes de mirarme. Oh, conozco esa expresión. No está de acuerdo con mis métodos.
—Puedo defenderme, Christian.
Obstinada.
La puerta se abre en su piso y salimos todos, prácticamente rodeándola como un jodido escuadrón del SWAT. Toma las llaves de su bolso y se dirige inmediatamente a la puerta.
—¿Ves? Exageras. Hablé con él el otro día y todo está bien.
Yo decidiré eso.
Cómo si lo hubiera invocado, la puerta del otro apartamento se abre y el jodido ex guardaespaldas sale de ahí. Su mirada se dirige primero a Ana, luego al resto de nosotros.
—Annie, volviste.
Sonrío con burla.
—Solo está aquí por sus cosas, ya nos vamos.
Me interpongo entre ella y la figura de él acercándose, pero eso no lo detiene. Mira a Anastasia con ojos de un puto cachorro.
—¿Podemos al menos hablarlo de frente? No quiero que terminemos así.
Eso enciende un poco mi furia.
—¿Terminar, cómo? No eres nadie para ella —giro para enfrentarlo—. No eres necesario en su vida ni en la del niño, era un puto trabajo y fuiste despedido. Largo.
Anastasia empuja la puerta abierta, luego apoya sus manos contra mi espalda.
—Es suficiente, Christian. Henry lo sabe. —me empuja un poco para que me aparte—. ¿Me darías un momento para hablar con él?
—Mierda, no.
—Christian... —insiste, y el tono bajo de su voz me trae recuerdos de anoche. Y la madrugada.
—Dos minutos. Y dejas la jodida puerta abierta. —es lo más que estoy dispuesto a concederle, por ella.
Si quiere que esto funcione, tiene qué terminar con él para siempre.
Ella se aparta de la entrada y se dirige a la cocina con él siguiéndola como el perro arrastrado que es. Toma una caja de cartón de un armario, llenándola con las tazas que Anastasia pone sobre la encimera.
—Sé que lo dijiste pero, ¿Estás segura de esto?
Su voz es baja pero escucho perfectamente todo. Y lo que es mejor, los veo con claridad desde la puerta abierta.
—Si. Estoy completamente segura de lo que hago. No tienes qué preocuparte más por mi, Henry.
El imbécil suspira y me lanza una mirada por encima de su hombro.
—Él no te merece, Annie. Estás cometiendo un error muy grande y es Teddy Bear quien va a sufrir. Sabes lo mucho que me quiere.
Esta jugando sucio. Sabe que apelando al bienestar de Ted podría conseguir algo. Presiono mis labios con fuerza para contenerme e interrumpir, tengo qué confiar en que ella resolverá esto.
—Es su padre —es lo primero que le dice—. Y lo amo.
Eso debería bastar para él, que la mira con los hombros tensos. Ana rodea la encimera y ahora están uno frente al otro mientras miro sus perfiles.
—Lo sé. —la voz se le corta y podría jurar que incluso está llorando—. Pero él no es bueno para ti.
Yo mismo me tenso cuando ella se acerca unos pasos más y le toca ligeramente el brazo.
—Voy a darle una oportunidad porque creo que es lo correcto, para mí y para Teddy.
Ryan agita la cabeza en negación y se aparta de su toque. Las lágrimas de Anastasia comienzan a brotar cuando él sale furioso del apartamento golpeando mi hombro a su paso.
Hago una seña a Taylor para que se asegure que abandonó el edificio, solo por seguridad. Sawyer se dirige rápidamente dentro del lugar que compartían para traer algunas pertenencias.
Cierro la puerta detrás de mí ahora que estamos solos y me acerco a reconfortarla lo mejor que puedo con todas las preguntas rondando en mi mente.
—No lo entiendo, ¿Por qué le tienes tanta consideración?
Ana se limpia las lágrimas con una mano y vuelve a la tarea de sacar cosas de los cajones y ponerlos dentro de la caja.
—Porque él estuvo ahí cuando tú no.
Carajo, sabía que lo traería de vuelta a la conversación. En mi defensa, no elegí tener ese accidente.
—No fue mi culpa.
Tal vez esto no funciona como debería, porque ella me rodea para ir ahora a la sala a tomar los libros de un pequeño mueble en la esquina.
—No, y tampoco sabes lo difícil que fue para mí estos años sin saber si volverías a despertar, criando a tu hijo y llorando por ti, tratando de sacar mi vida a flote mientras sentía que me hundía un poco más.
—No estabas sola. —sé que Grace y Carrick estaban ahí para ella, tal vez Mía. Desconozco si Katherine o Rodriguez se involucraron, aunque apostaría a que no.
Anastasia exhala ruidosamente de frustración.
—No lo estaba porque cada persona a mi alrededor me recordaba a ti y todo lo que perdí. ¡Mirar a mi hijo me hacía llorar! ¿Qué clase de madre hace eso? —las lágrimas corren libremente por sus mejillas—. Ni siquiera tenía tiempo de sentirme triste porque estaba bajo vigilancia, todos esperando a que me derrumbara.
Permanezco en silencio, solo escuchando el sonido de sus sollozos y tratando de imaginar lo difícil que fue para la pequeña y delicada señorita Steele, hormonal y embarazada.
Me acerco despacio para atraerla a mis brazos.
—Shh, shh, nena. Ya no estás sola, estoy aquí. —acaricio su cabello arriba y abajo—. Salgamos de aquí, enviaré a una mudanza.
Ana no responde, sigue sollozando y temblando entre mis brazos. La levando con cuidado y la llevo de vuelta al ascensor, agradecido de que Taylor esté ahí escuchándolo todo para seguir las instrucciones no dichas.
Entonces hago lo que debí haber hecho desde que desperté: acuno a mi mujer en mis brazos y le permito un momento de vulnerabilidad, asegurándole silenciosamente que ahora yo seré fuerte por los dos.
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Memories: El Recuerdo De Ti
FanfictionJoven. Empresario. Millonario. Sádico. Christian Grey es el amo de su universo, maestro del control y de su cuarto rojo. ¿Cómo pudo olvidarlo? ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 somb...