4 horas se convirtieron en al menos 7.
A pesar de los intentos de la policía por mantener esto fuera de los medios, Andrea sigue mis instrucciones y reúne a prácticamente todos los noticieros de Washington.
Sam, mi jefe de prensa sigue negando con la cabeza todavía alarmado de mis intenciones, pero no voy a ceder. Lo prometí. Traeré al niño de vuelta.
Es el momento.
Me acerco al micrófono en el improvisado estrado frente a las puertas de Grey House con Carrick y Raymond a mi lado con miradas vigilantes.
—Buenas tardes —comienzo y los flashes de las cámaras fotográficas me deslumbran—. Como ya lo sabrán algunos de ustedes, mi hijo Theodore Grey fue llevado contra su voluntad por un ex empleado resentido, alejándolo de su madre. Ella está destrozada.
Hago una pausa deliberadamente para mirar los rostros de los reporteros y permitir a aquellos que tienen hijos, sentir empatía por mi. Si logro convencerlos de hacer de esto una noticia nacional, Ryan no tendrá a dónde ir.
El jefe de la policía me mira intentando amenazarme para que cumpla con sus putos protocolos.
—La policía ya está tras su pista, pero no pienso quedarme esperando. Quiero a mi hijo de vuelta sano y salvo, por eso recurro a todos ustedes y a las personas que me observan desde sus pantallas.
—Señor Grey. —el jefe de policía intenta abrirse camino para interrumpir, pero Carrick y Raymond le cierran el paso.
—Daré un millón de dólares a todo aquel que me dé información verídica sobre el paradero de este hombre, y en mi desesperación me atrevo a ir más allá. —escucho al oficial gritar mi nombre de nuevo, pero puede irse a la mierda—. Ofrezco 5 millones de dólares a quien me devuelva a mi hijo, y 5 millones más por Henry Ryan. Vivo o muerto.
Los gritos y los flashes no se hacen esperar, ensordeciendo los reclamos de la policía y de Sam. Los ignoro ahora que he iniciado la cacería de brujas.
—Entregaré el dinero sin preguntas, ni condiciones. Quiero a mi hijo de vuelta con su madre y la amenaza para mi familia terminada.
Muerto, de preferencia.
Algunas secretarias de otros departamentos siguen la indicación de Andrea de entregar una fotografía de Ryan, así como las fotos de su auto y de él llevándose a Ted de la guardería. La información de contacto es nada menos que la oficina de Welch.
Normalmente estoy en contra del uso de armas, y la violencia en general, pero no en este caso. El tiempo es primordial para encontrar a Ryan y al niño, así que doy por terminada la rueda de prensa para volver a mi oficina.
Raymond y Carrick suben conmigo hasta el último piso, a la improvisada sala que se organizó ahí para dar seguimiento a los informes de Welch. Debe ser algo bueno porque no para de sonar desde la videollamada que iniciamos hace un momento.
Por ahora, solo me queda esperar a que alguien nos informe sobre su paradero y la policía o mis investigadores privados puedan seguir el rastro, lo que no debería ser difícil con toda la costa Oeste vigilando.
Menos de una hora ha pasado cuando Taylor entra a la oficina con paso apresurado.
—Señor Grey, está funcionando, la policía tiene numerosos reportes de civiles armados en la zona por la cual desapareció Ryan.
—Me alegro.
Vuelvo mi vista a la pantalla que transmite el canal local de noticias, la parte baja muestra la fotografía de Ryan con un "¿Lo ha visto? Recompensa millonaria".
Miro la pantalla de mi Macbook conectada a la cámara de Welch, y lo veo al fondo de su oficina trazando lo que parece una ruta con ayuda de las pistas que comenzó a recabar. Mi contador debe tener los jodidos nervios de punta por cada llamada que Welch recibe.
Solo espero que Anastasia no esté viendo esto. Necesita descansar y la incertidumbre seguro le está afectando. Al menos tiene a sus amigos cerca.
—Se está haciendo de noche, hijo. ¿Piensas volver a casa?
Carrick se acerca y se recarga en el borde de mi escritorio.
—No. Me quedaré aquí y trataré de ser útil. No quiero llevar todo este drama a Escala y alterar más a Anastasia.
Mi padre niega con una sonrisa triste.
—Ella tiene razones para estar afectada, por ti y por Teddy.
—¿Por mi? Yo estoy bien.
Carrick vuelve a negar.
—Esto se parece mucho a esa noche de tu accidente. La pobre era un mar de lágrimas frente a la pantalla porque las noticias seguían transmitiendo tu búsqueda y ella solo podía estar ahí esperando y confiando que regresarías. Hasta la escuché rezar.
Jodidamente genial, está reviviendo todo el puto drama.
—No soy útil en casa, papá. Ana los tiene a ustedes y a sus amigos para reconfortarla mientras me encargo de buscar al niño.
—Te necesita a ti. —es todo lo que dice, palmea mi hombro ligeramente y vuelve a dónde Ray Steele sigue hablando por teléfono.
Tienen una pequeña charla entre ellos, luego el señor Steele se acerca a mi. Por la mirada en su rostro, parece importante.
—Uno de nuestros chicos pudo acceder a las cámaras de la autopista porque es un puto genio. —como Barney, pienso—. Conduce hacia el oeste en otro vehículo, seguramente robado, y creemos que intenta cruzar la frontera.
Sus palabras hacen que me ponga de pie, listo para seguirlo a donde sea que vaya.
—Deberiamos salir ahora, ¿Qué necesitan? ¿En qué puedo ayudarlos?
¿Equipos de protección, chalecos, cascos, armas? Estoy dispuesto a comprarles un puto tanque o un avión de combate si eso hace que lleguemos antes, pero Ray apoya la mano en mi pecho para detenerme.
—Tu te quedas, hijo.
—Por supuesto que no. —gruño porque esta es mi misión.
—Es demasiado riesgoso. —me advierte, pero no quiero ser dejado de lado.
—¿Y para ustedes no?
Tal vez tenga poca experiencia en empuñar un arma, pero soy capaz de defenderme con mis propios puños.
—Somos marines, Christian. Estamos entrenados para esto.
No me importa.
—En mi hijo, tengo qué ir.
Le toma unos segundos darse cuenta que iré de cualquier forma, luego asiente sin decir palabra y sale de la oficina, así que lo sigo.
—¿Christian? —Carrick también viene detrás de nosotros—. ¿A dónde vas? ¡Christian!
¡Vas a hacer que te maten! Es lo último que escucho antes de que el ascensor se cierre en su cara.
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Memories: El Recuerdo De Ti
FanfictionJoven. Empresario. Millonario. Sádico. Christian Grey es el amo de su universo, maestro del control y de su cuarto rojo. ¿Cómo pudo olvidarlo? ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 somb...