No puedo quedarme aquí para siempre, tengo qué salir y enfrentarla a ella y a su hijo. Mi hijo. Un niño que no pedí y para el cual tampoco estoy listo.
Si mi reserva de whisky no se hubiera terminado hace 20 minutos, podría quedarme aquí otro poco.
Abro la puerta del estudio y lo primero que percibo es el absoluto silencio, lo que significa que tanto Ana como el niño ya están dormidos. Bien, así puedo ir a la habitación por algo de ropa limpia.
Claro, si es que aún sigue ahí.
Doy pasos lentos, deteniéndome en el umbral de la puerta para observar la cuna de madera en el extremo, vacía. Ana gira desde su posición en la cama para mirarme, sosteniendo en una mano un libro y con la otra dando pequeñas palmadas en el vientre de Theodore.
—Lo siento, asumí que no querrías dormir conmigo todavía —se endereza en la cabecera, dejando el libro a un lado—. Llevaré a Teddy a la cuna, si quieres que hablemos.
—De hecho, si. —esta sería una gran oportunidad para dejarle las cosas en claro—. Tomaré algo de ropa y dormiré en la habitación de arriba.
—Como quieras.
Voy al clóset perfectamente ordenado con mis trajes hasta la mitad, la otra parte abarrotada con vestidos y trajes femeninos, además de las ropas de bebé.
Finjo no darme cuenta cuando lleva al niño a la cuna, lo cubre con una manta pequeña y besa su frente como toda madre haría. La sangre me hierve de nuevo.
—¿Alguna vez lo hablamos? —señalo con la cabeza hacia la cuna—. Porque estoy bastante seguro de no querer tener hijos nunca.
No la veo con claridad, pero percibo su sombra detrás de mí con los brazos cruzados porque este es obviamente un tema delicado. Sé un negociador, Christian. Piensa con la cabeza fría.
—No, no tuvimos oportunidad de hablarlo. Después de tu accidente me di cuenta que estaba embarazada, el resto ya lo sabes.
Lo único que entiendo es que ella tomó una desición de vital importancia sin tomar en cuenta mis deseos. Esto es su responsabilidad.
—No estoy listo para tener un hijo, esto no estaba en mis planes.
Ella resopla con fuerza.
—Bueno, tampoco estaba en mis planes pero pasó, y ahora es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Por supuesto que lo hace. No solo le da un acceso a mi fortuna por medio de la manutención, también le dió un lugar como CEO en mi empresa sin merecerlo, y un lujoso hecho sobre su aprovechada cabeza.
—Y es lo único que tendrás —añado, recordando el asunto que me trajo a esta conversación—. No conozco esta vida, quiero volver a lo que tenía.
Sus cejas se fruncen y niega levemente con la cabeza, la expresión de sorpresa cambiando por una de incredulidad.
—Te compraré otro departamento en este mismo edificio, así estaré cerca si el niño necesita algo.
—¡Tu hijo! —gruñe, al parecer eso activa su enojo—. ¡Ese niño es tuyo! ¡Lo que necesita es a ti! ¡Eres su padre, Christian!
—No por elección.
Eso la hace cerrar la boca y dedicarme una mirada furiosa, luego señala la puerta de la habitación.
—Lárgate.
¿Qué?
—Es mi puta casa.
—¡Entonces sal de la maldita habitación, Christian! —grita, y algunos pasos se escuchan desde afuera—. No te preocupes, para mañana en la mañana nos habremos ido.
Permanezco en silencio porque es lo que deseo, aunque no de esta forma. No atrayendo la atención de todos los empleados hacia nosotros como un jodido espectáculo.
Gira para alejarse de mí y se para junto a la puerta, esperando a que yo salga. Tomo rápidamente un pantalón de chandal y boxers, antes de detenerme frente a ella.
—Haré que el administrador de Escala te consiga un piso más abajo y...
—No lo quiero. —me interrumpe—. No quiero vivir aquí, viéndote rehacer tu vida anterior mientras yo me dedico a tu hijo.
—¿Entonces...?
—Conseguiré un lugar por mi cuenta, no te preocupes.
Ahora está siendo orgullosa.
—No seas obstinada, Anastasia. Me necesitas para conseguir algo medianamente decente.
Ella vuelve a señalar la puerta.
—Estaré bien, lo he hecho por dos años y medio Christian, también puedo resolver esto.
Me alejo, sabiendo que está discusión solo aumentará de nivel y podría convertirse en algo mucho más desagradable. Ella necesita espacio y yo mantenerme tranquilo.
Los dos hombres de traje de hace rato están en el vestíbulo cuando salgo, con Jason en el pasillo de empleados observando todo.
—¿An... Señorita Steele, se encuentra bien? —pregunta uno de los hombres.
—Si, Ryan, gracias. —le dice mientras subo las escaleras—. De hecho, necesito un favor...
Jamás creí que esto pasaría. ¿Yo, usando la maldita habitación de las sumisas para dormir? ¿Siendo echado de mi propia habitación?
El coraje solo crece en mi interior, ni siquiera la ducha caliente y el par de horas de sueño me relajan lo suficiente para dormir.
Por eso, cuando el despertador suena en la mañana, estoy en estado de alerta y a la defensiva. Alguien golpea mi puerta, y espero que sea ella con unas jodidas disculpas por el puto berrinche.
—Su traje, señor Grey —es Taylor, trayendo un cambio de ropa.
—Bien, me alistaré para irnos a la oficina antes de que Anastasia despierte. —voy a cerrar la puerta pero Jason la detiene.
—La señorita Steele y Theodore acaban de irse, señor.
¿Ya?
Dejo el traje sobre la silla y salgo de la habitación con los pies descalzos para echar un vistazo, deteniéndome a mitad de las escaleras para ver a quien parece ser Sawyer y Reynolds llevar cajas de la habitación al ascensor.
—¿Se está mudando justo ahora?
Vaya, eso fue rápido. Un poco de remordimiento se instala en mi pecho, pero lo ignoro sabiendo que no estaría cómodo jugando a la familia feliz con ella. Me habría vuelto malditamente loco.
—¿A dónde? —lo menos que puedo hacer es asegurarme que está en una zona segura.
—No lo sé, señor. Ryan dijo esta mañana que todo estaba listo para ella y el niño.
Entonces está hecho, ella se fue.
Por segunda vez ella sale de mi vida, solo que en esta ocasión será temporalmente. Tendremos que aprender a mantener un trato por el niño que ahora nos une.
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Memories: El Recuerdo De Ti
FanfictionJoven. Empresario. Millonario. Sádico. Christian Grey es el amo de su universo, maestro del control y de su cuarto rojo. ¿Cómo pudo olvidarlo? ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 somb...