Capítulo 21.

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MICA

Estaba acostumbrada a verme en uniforme entre semana que ahora con mi ropa me veía distinta. No destacaba nada lo que me había puesto, en las sesiones me gustaba estar cómoda para poder sentarme de la forma más cómoda. Dejé mi pelo suelto y me quité todos los accesorios, si se me caía alguno en el hospital y lo encontraba otro paciente estaría en un buen lío. Miré el bote de las pastillas para mi ansiedad, no dudé en tragarme dos de golpe, las necesitaría para el trayecto en coche con mis padres.

-Está sonando tu móvil -entró Lea en el baño para entregarme mi teléfono- Creo que es tu madre.

Descolgué para decirle escuetamente que bajaría en cinco minutos. Lea me acompañó hasta las escaleras donde se encontraban todos.

-Parece una despedida -intenté sonreír- Nos vemos en la cena.

Me acompañaron hasta la puerta mi hermano y Hadeon, este último me besó sin importarle que mi hermano le estuviera matando en su mente. Cuando nos separamos vi su sonrisa la cual hacía que me atontase, le di un pequeño beso de vuelta y le pedí que me dejara a solas con mi hermano.

-Estaré esperándote -me abrazó mi hermano.

-Lo sé.

Al salir, justo donde terminaban las escaleras para bajar al aparcamiento estaba el coche de mi padre, conté hasta diez para poder bajar y entrar.

-Vamos a llegar muy justos -avisó mi padre nada más arrancar el coche- Tu madre lleva tu historial médico, entraremos juntos por si hay algún problema por los papeles.

No respondí y mi padre no insistió, mi madre ni si quiera me había saludado. En todo el camino estuve mirando por la ventana o intercambiando algún mensaje tonto con Hadeon. Él tenía algo que me hacía anhelar su presencia, cuando le vi por primera vez fumando por la madrugada supe que nos íbamos a encontrar otra vez. Cuando entró también en el grupo me dije a mi misma que no iba a caer tan fácil, que equivocada estaba. Nuestros pequeños momentos empezaron a abrir las cadenas que había puesto en mi corazón cuando pasó lo de Alex. Algunas veces me sentía culpable por compararles, Hadeon no era mi ex y nunca lo sería, nunca se atrevería a poner una mano encima o reprocharme nada. No tenemos puesto ningún nombre que defina lo que tenemos, pero me basta con saber que somos exclusivos.

-¿Mica a que esperas a bajarte?

Miré a mi madre que estaba fuera del coche sin cerrar su puerta, ¿En que momento habíamos llegado?

Al entrar sentí unas ganas de abrazarme, no recordaba así el hospital y mucho menos que fuera tan frío en ambiente, las enfermeras apenas tenían una expresión, algunos pacientes estaban en mitad de los pasillos sentados en sillas de ruedas con un gotero. Mis padres se acercaron a recepción para programar todo lo que haría, me tomaron la tensión y me pesaron, la analítica tendría que esperar ya que había desayunado y comido. Evité cruzar miradas con las personas que estábamos en la sala de espera, cuanto menos supieran de mí o yo de ellos mejor.

-Mica Beviá, consulta cinco -oí como me llamaban por el altavoz.

Me sabía perfectamente el camino hasta la consulta, dejé mis modales a un lado y entré sin tocar primero.

-Me alegro de verte -me dijo mi psiquiatra al verme.

-¿No sé supone que debería ser al revés? -cerré la puerta sin medir la fuerza.

-¿Por qué no te sientas? -señaló la silla- Tenemos mucho de que hablar.

-Por mi parte no lo creo -me senté y quise moverla, se me había olvidado que estaba fija al suelo por medidas de precaución.

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