Capítulo 57.

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LEA

Después de haber visto como subían a mi novio en camilla a la ambulancia me había quedado helada. Ni si quiera se había molestado en mirarme para despedirse, toda su atención había estado en el chico que estaba ahora mismo a mi lado.

-¿No vas a contarme lo que ha pasado? -me giré enfadada.

-Creo que no es el lugar para hablar -me señaló con la mirada toda la gente que se había quedado mirando.

-Quiero que todo el mundo sepa lo que estabas haciendo con mi novio -dije en alto.

-Lea, por favor...

-No -negué enfadada- Dilo delante de todos -vi a Cooper entre la multitud- Cooper y yo merecemos saber la verdad -le señalé.

-¿Podemos ir a un lugar más privado? -tenía los ojos llorosos.

-¿Tanto te cuesta decirme que ha pasado algo entre vosotros dos? -el nudo de mi garganta cada vez era más grande.

-Lea -Cooper se acercó a nosotros- Deberíais hablar de esto en otro lado.

-Por favor -pidió Silva.

-¿Qué va a cambiar que lo hablemos en otro lado? -miré a toda la gente que estaba mirándonos.

-¿Qué está pasando aquí? -Mat se acercó.

-Thiago tiene que decirme una cosa muy importante -le contesté.

-Solo pasó una vez -respondió por lo bajo.

-¿Qué has dicho? -le había escuchado perfectamente.

-Solo pasó una vez.

-Mientes -me limpié la mejilla- Sigues mintiendo.

-Creo que ya es suficiente -intervino Mat.

-¿Le defiendes? -le miré enfadada.

-Deja que te cuente todo -habló Cooper por él- Pero no aquí.

-Cooper -sentía lastima por él- Antes de que llegáramos al gimnasio se estaban pegando el lote, no sé si te has hecho el tonto o no, pero yo no voy a dejarlo pasar.

-No ha llegado a pasar nada -confesó Thiago- Le he parado antes de que llegara a...

-Suficiente -le cortó Mat.

-Sigue -demandé.

-No -Mat me cogió para sacarme de ahí.

-Suéltame -intenté que me dejara volver.

-Todos os estaban viendo -subió las escaleras sin soltarme.

-Mejor -utilicé toda mi fuerza en su agarre en mi cadera.

-Te soltaré cuando lleguemos a tu habitación.

Me soltó una vez que entramos a mi habitación, se encargó de tapar la puerta con su propio cuerpo.

-No voy a salir para ir a por él.

-Por si acaso -se quedó en la puerta.

Me tumbé en mi cama para darle la espalda. Por muy difícil de creer lo único que quería era que Silva estuviera ahí para contarme todo. Claro que estaba enfadada, cabreada, molesta, decepcionada...

-¿Estás bien?

-No -se me cortó la voz al empezar a llorar.

-Se me da muy mal consolar a la gente -se sentó en mi cama- Pero todo lo que tengas que llorar, hazlo.

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