Capítulo 41.

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VIOLETTA

Perdí toda la semana de los exámenes en la cama. Gripe, esa única palabra era la responsable de que mis exámenes se atrasaran. Aunque tampoco había estado tan mal, dentro de lo que cabe. Todos pusieron un granito de su parte para ayudarme a estudiar y practicar algunos ejercicios que les habían puesto.

-¿Me has escuchado?

Salí de mi ensoñación para volver a prestarle atención.

-Lo siento -suspiré.

-¿Te ocurre algo? -Mario cerró el libro de economía- ¿Necesitas un descanso?

-Por favor -sonreí- ¿Qué hora es?

-Apenas son las cinco de la tarde -respondió mirando la pantalla de su móvil- Tienes tiempo de sobra para arreglarte -me miró divertido.

-La limusina nos recoge en la entrada a las nueve -me crucé de brazos- Quiero empezar a prepararme a las seis, te recuerdo que comparto un baño con tres chicas más -reí.

-Puedes ducharte conmigo -desvió su mirada- Hay que ahorrar agua, nuestro planeta lo necesita.

-Es verdad -me levanté de la silla para sentarme en sus piernas- Deberíamos contribuir.

-Totalmente -respondió mirándome a los ojos.

Le bese sin ninguna intención, desde que había pensado cosas con Mario no me había atrevido a ser descarada o coqueta como siempre lo hacía. ¿Me estaba reprimiendo a mí misma?, totalmente.

-¿Has hablado con tus padres? -solté nada más separarnos.

-No -suspiró- No ha hecho falta, el señor Ledger se ha encargado él mismo de invitarlos personalmente.

-Eso es bueno -acaricié su pelo- ¿No?

-Puede -sonrió sin separar sus labios- ¿Tus padres irán?

-Sí, me gustaría que en algún momento de la noche pudiera presentártelos -sonreí, pero me puse seria al momento al ver que se tensaba- No quieres -demandé para cogerle de su mentón para que me mirara a los ojos.

-Si que quiero -me cogió de la cadera para sentarme otra vez en la silla donde estaba sentada antes- Quiero que me los presentes, pero no de la forma que tú quieres, aún es demasiado pronto.

-¿Qué les digo? -pregunté irritada- ¿Qué eres mi amigo?

-¿Qué tiene de malo? -su expresión era neutra.

-¡No eres mi amigo! -quiso hablar pero se lo impedí- Mario, intento entenderte la mayoría del tiempo para que no te sientas presionado pero necesito que avancemos un poco más -miré al techo para buscar las palabras correctas- Me refiero a que nos hemos quedado en la primera casilla y aún hay muchas más.

-Aún no puedo hacerlo.

-¿Ni si quiera avanzar poco a poco?

-Ya lo estamos haciendo -se levantó- ¿Tenemos que seguir con el tema?

-Pues sí -me levanté también.

-Deberíamos seguir con economía -se acercó al escritorio para coger el libro.

-A la mierda la economía -le agarré del brazo para que me volviera a mirar- Quiero hablarlo, cada vez que lo hacemos acabamos mal porque no nos ponemos de acuerdo.

-Porque ninguno de los dos damos nuestro brazo a torcer -debatió.

-Esta noche me gustaría presentarte a mis padres como el chico que me gusta -solté su brazo- Al que quiero.

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