Capítulo 59.

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Despertarme antes de que la alarma sonara era un horror y si se le añadía que me había despertado varias veces a lo largo de la noche... Mis ojeras se notaban a kilómetros, estaba pálida y mis labios agrietados. Me tomé mi tiempo para ducharme, para recordar una y otra vez todo lo que pasó ayer. Cuando salí del baño, Mica y Violetta estaban ya despiertas.

-¿Cómo te encuentras? -preguntó la primera.

-Vacía.

No dejé que me hablaran. Quería silencio para pensar, para poder escucharme. Me vestí y me arreglé un poco. No había encendido mi móvil desde ayer, no quería saber nada de él, así que lo guardé en uno de los cajones de mi escritorio y recogí todas mis cosas para las clases de hoy.

-¿Bajamos a desayunar?

No tardaron en salir conmigo, en las escaleras nos encontramos con Mario y con Woodzy que también bajaban al comedor. Por un momento se me paró el corazón al verlos, no quería encontrarme con Thiago, por lo menos ahora. Mario se quedó conmigo mientras los demás nos traían el desayuno.

-No has dormido mucho -sentenció.

-No -le miré cansada.

-Te han traicionado -directo al corazón- Te han mentido y han perdido tu confianza -me hizo mirarle- Seguramente no quieras hablar, pero es lo mejor, habla con los dos y de ahí deja que tu corazón sane.

-Creo que desde ayer he experimentado todos los sentimientos -no quería volver a llorar- Ahora solo siento un gran vacío...

Dejé de hablar al ver a su hermana viniendo con dos bandejas, una de ellas me la cedió.

-He visto que tenían yogur -señaló mi bandeja- Seguramente sigas con el estómago cerrado, pero no hay mejor que un yogur para eso -me animó a comer.

-Gracias -la agradecí.

-Su desayuno está listo señor Beviá -Woodzy le sirvió el desayuno como si fuera un camarero.

-Aquí hay comida para todos -se quejó.

-Deberías agradecerme -cantó- Violetta quería ponerte una mísera manzana.

-No sé qué opción es mejor -cogió la manzana de su bandeja- Gracias -miró a Violetta mientras la mordía.

-Que te aproveche -respondió sarcástica.

Levanté la mirada por un segundo por reflejo. Crucé miradas con Cooper, él parecía estar bien. Dejé de mirarle cuando empezó a venir hacia nuestra mesa.

-Hola chicos -saludó sin sentarse.

Los demás no tardaron en saludarle y en invitarle a desayunar con nosotros pero les rechazó, sentí que me quitaba un gran peso de encima. Cooper era un buen chico, sabía que él no tenía la culpa, tendría que estar también dolido.

-Le he escrito a Thiago para que desayunáramos los dos solos -se escusó- Ayer pudimos hablar y ha quedado solucionado.

-Pocas palabras, mucha acción -Hadeon se puso a su lado- Ayer mis ojos lo captaron todo -le rodeó el cuello- Me ha dicho que le esperes en la puerta, se estaba vistiendo cuando he salido.

-Nos vemos luego -se deshizo del agarre de Hadeon para irse.

-¿Por qué eres tan basto? -le preguntó Violetta cuando se sentó a su lado.

-No he dicho nada que mis ojos no hayan visto -le robó unos cereales de su bandeja.

-Me alegro por ellos -comenté- Cooper y Thiago no estaban saliendo cuando... -ni si quiera podía decirlo en alto- Bueno, me habéis entendido.

Todos asintieron, les daba miedo hablar por si metían la pata. Se les notaba que se estaban conteniendo para no hablar si yo no lo hacía.

-No soy de cristal -les miré- Podéis hablar como siempre, seguir nuestra rutina de siempre.

No tardaron en empezar a hablar, me centré en desayunar mi yogur y unas galletas que también me había traído Mica. Mat fue el último en llegar, una vez que tuvo su bandeja con su desayuno se sentó a mi lado.

-¿Qué tal has dormido? -preguntó en bajito.

-He podido descansar -susurré- Gracias por lo de ayer, más bien por todo -sonreí al ver su corbata colgada de su cuello.

-Sáltate hoy pintura y échate la siesta -habló en el mismo tono- Por un día no creo que vaya a pasar nada.

-No puedo salirme de mi rutina por todo esto -suspiré- Deberías hacerte el nudo antes de que te pongan una incidencia -cogí un extremo de su corbata para jugar con ella- ¿Puedo?

-Adelante -se giró más para que pudiera hacerle bien el nudo.

-Listo -se la ajusté para que no le quedara muy apretada- Estudiante modelo de la Royal Academy.

-Muy patriota por mi parte -me guiñó.

Cuando la alarma sonó sentí muchos nervios, Silva y Roxy ya estarían aquí. Seguramente estarían cambiándose para ir directamente a clase. Fui rápida en pensar todo por adelantado por lo que cogí todo lo que había traído al comedor para las clases e irme directamente al aula que me tocaba. Fui la primera en entrar y sentarme, saqué mi estuche, mi agenda y el libro de la asignatura que me tocaba a primera hora. Esperé en silencio, mirando a la pizarra, si alguien que estuviera en el pasillo me viera pensaría que estoy loca.

-Estás aquí.

No pude controlarme, cedí más rápido de lo que me hubiera gustado, por lo que le miré.

-Aquí estoy -contesté desde mi sitio.

-Lea...

-No te acerques.

-Está bien -volvió a la puerta para cerrarla.

-¿Qué haces?

-Se me dan muy mal las palabras -me miró serio- Me acosté con Thiago solo una vez, no sé porque lo hice. En ese momento me sentí atraído hacia él y no pensé en nada más.

-Mientes -me costó responderle- Es más que una atracción física.

-Ni yo mismo sé lo que siento.

-¿Alguna vez pensaste en decírmelo? -dejé de contenerme- Ni si quiera te voy a preguntar si te arrepientes porque está claro que no -sollocé.

-No podía arruinar lo que tengo contigo.

-Pues lo has hecho -me tapé la cara para que no me viera llorar.

-¿Quieres que hablemos en otro lugar?

-¿Me quieres? -me limpié las lágrimas con la manga de mi chaqueta para mirarle.

-No lo sé.

Todas las palabras que pasaban por mi mente no salían por mi boca. Quería decirle de todo y a la vez nada.

-Lo que sí sé es que te he hecho mucho daño -se acercó poco a poco- He perdido tu completa confianza hacia mí.

-¿No soy lo suficiente? -intentó hablar pero seguí preguntando- ¿Necesitas más de mí? -me levanté para ir hacia él.

-Soy yo el que no es suficiente para ti -hizo una mueca- Nunca podré darte todo de mí, a nadie.

-¿Ni si quiera lo intentarías por mí? -me limpié mis mejillas- ¿Para recuperarme?


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Royal AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora