WOODZYSalí de la habitación con la corbata del uniforme en mi mano y con la camisa desabrochada en los primeros botones, llevaba metido en esa habitación dos horas.
-Woodzy... -susurraron a mi espalda y me giré- Te has dejado el móvil.
Me lo entregó y le agradecí con una pequeña mueca.
-¿Te veo mañana? -se apoyó en el marco de la puerta.
-Puede... -vacilé- Aunque no me esperes.
No me contestó, su única reacción fue tomar una postura firme y cerrar la puerta en mis narices. Intenté no reírme, llevábamos unas cuantas noches encontrándonos en su habitación. Varias veces intenté cotillear en algunos papeles que tenía en su escritorio o incluso cogerla el móvil mientras ella estaba en la ducha, pero nada había servido. Sabía que los demás estaban inquietos, no había conseguido nada de información y el tiempo se nos acababa.
Me encontré con Mario y Mica en el pasillo de nuestra habitación, no estaban discutiendo, pero poco les faltaba para hacerlo. Cuando me vieron se callaron inmediatamente, no me lo tomé a mal, conocía perfectamente a Mario y como le gustaba la privacidad, exclusivamente con ella.
-¿De dónde vienes? -me preguntó él mientras me miraba de arriba abajo.
-De la habitación de la profesora de ajedrez.
-¿Aún no has conseguido nada? -la voz de Mica sonó cortante- Deberías centrarte más en el plan y menos en acostarte con ella.
-Cada vez que tengo una oportunidad para cotillear entre sus cosas lo hago -contesté sin mirarla- Pero no hay nada de nada.
-Aún nos quedan unos cuantos días, creo que encontrarás algo antes de que llegue -la convicción de Mario no le gustó a Mica.
-Espero que por lo menos te esté gustando como es en la cama -soltó borde para irse.
-¿Qué cojones la pasa?
-Está enfada conmigo, no te lo tomes como algo personal -suspiró- Mañana estará mejor.
Los dos entramos en nuestra habitación, la cama de Silva estaba intacta, los dos nos cambiamos y no tardamos en dormirnos.
THIAGO
Observé como Woodzy recogía todas sus cosas y se arreglaba el uniforme tras apagar una alarma de su móvil. No me hizo falta preguntarle a donde iba, se despidió con un movimiento de cabeza y salió de la habitación. Casi eran las diez de la noche, no habíamos cenado y me estaba arrepintiendo de no haberlo hecho. Le mandé un mensaje a Violetta por si quería acompañarme a por algo de comer, pero al enviarlo me fijé que los mensajes no la llegaban, tenía el móvil apagado por lo que ya estaba dormida. Suspiré mirando a todas las hojas que estaban en el escritorio, las ordené y me tiré en mi cama, revisé algunos mensajes que tenía sin leer, muchos de ellos eran de mi padre. La gran mayoría de ellos eran sobre los nuevos psicólogos que iba a tener la Royal Academy. Desde que lo anunciaron en la fiesta sabía que mi padre intentaría meterse hasta el fondo para que yo participara. Por lo que habíamos visto, los estudiantes de cursos inferiores sí que habían ido en varias ocasiones, no era muy difícil saberlo ya que la consulta que habían puesto para esto estaba casi al lado del despacho del director y se veía quien entraba y quien salía.
La Royal Academy era un internado pequeño y prestigioso, los cursos eran exclusivos y no cualquiera podía entrar. La gran mayoría nos conocíamos desde infantil, además no era muy difícil conocer a los demás, las actividades que fomentaban el compañerismo ayudaban a conocer a más alumnos de otros cursos.
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Royal Academy
RomanceEllos no son nada, inspirados a no triunfar. El internado "Royal Academy" cuenta con muchos años de enseñanza, premiados por sus cualificados alumnos pero lo que nadie sabe es que ese año las cosas van a cambiar. Un grupo de amigos se encargará de...