Capítulo 61.

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LEA

-Soy yo el que no es suficiente para ti -hizo una mueca- Nunca podré darte todo de mí, a nadie.

-¿Ni si quiera lo intentarías por mí? -me limpié mis mejillas- ¿Para recuperarme?

Su cejas se juntaron en señal de molestia.

-No quiero alargar más esto -bufó.

-Me lo debes -sentencié- Al menos esto.

-Lo siento -dio dos pasos hacia atrás para poner distancia entre los dos- Es mejor dejarlo aquí, sobretodo por ti.

-Ni se te ocurra hacerlo por mí -la desesperación gobernó mis sentimientos- Te estoy dando otra oportunidad.

-Lea...


MICA

No dejaba de repetir en mi cabeza la conversación de anoche. La voz de Woodzy la tenía metida todo el rato en mi oreja. En algún lado la culpa me comía por darle más vueltas al tema.

-Esta mañana estás ausente -mi hermano se puso en frente de mí- ¿Estás bien? -me miró de arriba abajo.

-Sí -intenté sonreír pero lo único que me salió fue una mueca.

No le valió mi respuesta.

-No te creo -me quitó mis libros para ponerlos encima de los suyos- Te acompaño a clase mientras me cuentas lo que te ocurre -cerró mi taquilla.

-No me pasa nada -intenté quitarle mis libros de sus manos- Puedo llevarlos yo.

-Pero los quiero llevar yo -sonrió divertido.

-Tú ganas -me rendí.

-¿Estás así por Lea? -preguntó mientras caminábamos.

-¿Debería estar riéndome y cazando mariposas? -ironicé- Podría adaptar tu actitud, me gustaría ser Mario por un día.

-Muy hábil -sonrió de lado- Créeme, no te gustaría ser yo.

-¿Por qué? -le empujé de forma juguetona- Podría aprovechar para que arregles algunas cosas.

-No hay nada que arreglar en mi vida -me miró serio- Lo que deberías arreglar es el corte de tu falda.

-¿Qué le pasa a mi falda? -no pude evitar mirar hacia abajo- Yo la veo bien -alisé las tablas.

-Me extraña que aún no te hayan puesto una incidencia.

-No seas mojigato.

-No lo soy -respondió frío.

-Ya sé que no lo eres -suspiré para pararle y llevarle a un lado del pasillo- Creo que ya puedo llevar mis libros -sonreí agradecida para quitárselos- Tienes que soltarme -intenté no ser brusca- Estás tan pendiente en mí que no eres capaz de ver lo que pasa en la tuya.

-Mi vida y la tuya son la misma -apretó su mandíbula- ¿Y a qué viene esta conversación?

-Siempre voy a necesitarte pero necesito que estés más pendiente en ti.

-Puedo estar pendiente de ti y de mí sin ningún problema, siempre lo he hecho.

-¿Y a qué precio? -pregunté triste- Sé que eres muy protector conmigo pero has pasado de ser mi hermano mayor a mi sombra -no le dejé contestarme- No te estoy diciendo esto para que nos enfademos -intenté que me entendiera- Deberías vivir más por ti.

-Estoy bien así -demandó.

-No lo estás -hice una mueca- ¿Qué ha pasado con Violetta?

-No ha pasado nada.

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