HADEON
No pude apartar mi mirada de ella, se había quedado dormida en mi cama mientras leía en su móvil. Sus labios me recordaban al color de las fresas, su piel a la luz del verano y su pelo al color de las hojas en otoño.
Desde que la escuché esa tarde en el hospital no había podido evitar sentirme a la defensiva con todas las situaciones posibles. Algunas veces cuando se tomaba la medicación me quedaba mirándola más de lo normal y ella lo notaba, podía ver sus ojos como dudaban de mí.
-Tengo mucho sueño -susurró sin abrir los ojos.
-Puedes dormir un poco más -la contesté con el mismo tono de voz.
Se dio la vuelta para quedarnos frente a frente, ajusté mi agarre en su cintura y la acerqué más, mis labios quedaron pegados a su frente y su respiración rozaba mi cuello. Tus recuerdos desaparecieron y yo formé parte de ellos, me dije a mi mismo al verla tan relajada entre mis brazos.
SILVA
Agité el bote de las pastillas para saber si quedaba alguna, la tiré a la basura al escuchar el silencio. Intenté contenerme para no perder la calma, me había quedado sin las pastillas que me ayudaban con los cambios de humor. La próxima revisión no la tenía hasta la próxima semana y no podría aguantar lo suficiente.
Déjame salir, escuché esa voz que había vuelto a aparecer. Me mojé la cara con agua fría varias veces para estar "despierto", no quería que él pasara a tener el control, no se lo merecía. Han cambiado algunas cosas, volvió a hablar, no le respondí. Hacía mucho que no veía a Mica, su voz pasó a ser manipuladora. Volví a mojarme la cara para intentar que me dejara en paz, creo que lo hice por más de cinco minutos sin parar. Me miré al espejo y era "yo", no pude evitar sonreír al saber que había podido controlar la situación. Me sequé la cara y me cambié la ropa mojada, salí de la habitación para ir a la de las chicas, esperaba que nadie estuviera. Toqué la puerta y nadie me respondió por lo que pasé, fui directo al baño donde Mica guardaba todas sus pastillas. Había algunos botes que estaban sin abrir y otros apenas tenían la suficiente dosis para una semana, miré bien si había las que estaba buscando, pero no encontré nada. La otra opción era ir al despacho de mi padre y ver si me quedaba algo allí. Al salir del baño me encontré a Thiago, no le había escuchado entrar.
-¿Qué haces? -me preguntó sin moverse.
-No tengo tiempo -intenté pasar por su lado sin rozarnos, pero me agarró del brazo- Suéltame.
-¿Lo estas volviendo a hacer?
Le miré, pero sus ojos no me miraban, seguían puestos en la puerta del baño. Me solté de mala gana de su agarre.
-No estoy para que me toques los cojones -le respondí borde.
Se giró para verme, su expresión era inexistente. Agarré el pomo de la puerta para abrirla y salir, escuché como me decía:
-Vuelve.
MATTHEUS
Miré la pantalla del ordenador, mi padre me había enviado algunos informes de todos sus movimientos en Corea del Sur. No me sorprendí al leer que se había reunido con los padres de Woodzy en una supuesta reunión de negocios. Traspasé los archivos a la carpeta que tenía puesto el nombre de mi amigo, no era el único que tenía una carpeta solo para él. Pinché la de Chiara y el único documento que tenía era el informe que habían hecho en el hospital declarando su muerte. Cuando Silva nos dijo que había conseguido información de Chiara en el hospital no me lo creí, pero cuando contó algunos datos que tenía yo me asombré. No era nada fácil acceder a ellos, estaban muy protegidos. Abrí el documento para leerlo:
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Royal Academy
RomanceEllos no son nada, inspirados a no triunfar. El internado "Royal Academy" cuenta con muchos años de enseñanza, premiados por sus cualificados alumnos pero lo que nadie sabe es que ese año las cosas van a cambiar. Un grupo de amigos se encargará de...