Capítulo 26.

329 30 3
                                    




ROXY

Antes de ir a la habitación quedé con Enzo para vernos, extrañaba nuestros tiempos a solas. Esperé a que me mandara un mensaje avisándome que podía ir al piso de los cuartos de los profesores, eran las diez pasadas y todavía no me había mandado nada. Le volví a mandar un mensaje y me respondió que ya podía subir, no me hice derogar y subí lo más rápido posible. Su puerta estaba entreabierta, cuando fui a abrirla del todo una mano me cogió del brazo y me metió adentro cerrando la puerta de un portazo al empujar mi espalda contra ella. Una sonrisa se asomó entre mis labios al ver el deseo de sus ojos, le rodeé el cuello con mis brazos para besarle profundamente. Sentía sus manos en mi cintura, el agarre era dominante y eso me encantaba, una de sus manos me acarició la pierna para que la subiera y rodeara su cintura, cuando lo hice cogí impulso para rodearlo con mi otra pierna, sus dos manos bajaron a mi culo para que no me cayera.

-Piccolina...-gimió en mi cuello.

No necesitaba sus palabras ahora mismo, necesitaba que nuestras ropas desaparecieran. Me quité la camisa del uniforme para dejar ver mi sujetador de encaje, no tardó en besarme y dejarme alguna que otra marca en el escote. Metí una mano entre nosotros para llegar a sus pantalones y acaricié el bulto que se había formado en sus pantalones.

-Hoy no estás para juegos -su mirada se clavó en la mía.

-Lo necesito -contesté sin dejar de tocarle.

Le dio un mordisco a mi labio para luego dejarme en el suelo, me dio la vuelta y quedé mirando a la puerta. Sentí como cogía mi pelo para ponerlo a un lado y empezar a dejar besos húmedos en la espalda, desabrochó mi sujetador y lo tiró al suelo. Sus manos recorrieron mi columna vertebral, al estar frías no pude contener un gemido. Oí como soltaba una risa complacida por mi reacción a su tacto. No tardó en llegar a mi espalda baja, delineó mi culo por encima de mi falda hasta volver a llegar a mi piel.

-Quítatela -me ordenó.

Seguí su orden y dejé caer mi falda al suelo, donde se encontraba mi camisa y mi sujetador.

-Pon las manos en la puerta -susurró en mi oído- Donde yo las pueda ver.

Apoyé mis manos más arriba que donde quedaba mi cara, sentí como piel se estiraba. Una de sus manos empezó a acariciar mi pecho y la otra dejaba pequeñas caricias en mi vientre. Por impulso me pegué a él para sentirle, me estaba matando esperar tanto.

-Shhh...-metió los dedos en mi ropa interior.

Mis piernas no tardaron en sacudirse por el placer, mis ojos se cerraron y de mi boca salieron algunos pequeños sonidos que fueron silenciados por su mano.


WOODZY

Mario y yo entramos en nuestra habitación, la cama de Silva estaba intacta y la puerta del baño esta cerrada. Mario no tardó en mirarme y los dos nos acercamos a ella, estaba cerrada por dentro.

-¿Silva? -golpeé la puerta con mi puño.

Mario no paraba de intentar forzar la cerradura, el silencio nos avisaba que algo le había pasado. Lo aparté de la puerta para que me dejara a mí, di una patada en el pomo de la puerta y cayó, al abrir la puerta vimos a Silva tirado en el suelo. Le cargué para dejarle en su cama, no se me pasó por alto su mano vendada y una pequeña brecha que seguramente se la habría hecho al desmayarse.

-Silva -Mario le dio algunos toques en la mejilla para despertarlo- No me jodas, despierta.

Me fijé en su pecho y bajaba y subía por lo que me tranquilizó, abrí uno de sus ojos y sus pupilas estaban más dilatas de lo normal. Los dos no sabíamos que hacer, intentamos que despertara, pero fue en vano.

-¿Llamamos a alguien? -Mario me miró- No tardo en llegar al despacho de su padre.

-Creo que se ha desmayado por todo el cansancio acumulado, su respiración es normal y sus ojos se movían cuando le he abierto uno -le puse una manta por encima- Simplemente ha colapsado.

-Joder, se me sube la bilis con estas cosas -se sinceró.

-Mente fría.

Él no tardó en ir al baño a lavarse los dientes, esperé a que acabara mientras no le quitaba un ojo de encima, no quería equivocarme.


MICA

Hadeon nos acompañó a Violetta y a mí a nuestra habitación, Lea estaba ya dormida cuando abrimos la puerta. Violetta fue la primera en despedirse, yo aún no quería entrar.

-¿No vas a entrar? -Hadeon me miró confuso.

-¿Quieres que entre? -le desafié con la mirada.

-Por mi nos quedamos aquí toda una eternidad -sonrió de lado- ¿Me acompañas a fumar?

No me lo tuvo que pedir dos veces, fuimos al piso de los chicos que es donde había ventanas más grandes y así el olor del tabaco no se apreciaba tanto en los pasillos. Sus acciones fueron calculadas, abrir la ventana y sacar un cigarrillo para llevárselo a los labios.

-¿Me lo enciendes? -me tendió el mechero.

La llama prendió la punta del cigarrillo, el humo no tardó en distinguirse, me relajaba ver como Hadeon jugaba con el, era hipnótico.

-¿Algún día me enseñarás? -me acerqué más a él.

-No te voy a dejar que fumes -frunció el ceño- Y no me tomes por mente estrecha, si tu hermano se entera que te he dejado fumar estoy muerto.

-Ya he fumado -miré su expresión- Me refería a que si me enseñas a hacer lo que haces con el humo.

-Podemos hacer algo mejor que eso -con su mano libre me acarició la mejilla- Me gusta salirme de las reglas, pero contigo intento mantenerme.

-Hadeon -arrastré su nombre- Ya deberéis saber que no suelo cumplir muy bien las reglas.

Su mirada no se apartó de la mía, dio varias caladas hasta que se terminó el primer cigarrillo. Otro se encendió y siguió fumando sin decirme nada, siempre con sus ojos en los míos.

-Acércate -dijo mientras el humo salía de su nariz.

Di un paso más, estábamos muy cerca, su mentón rozaba mi frente. Levantó mi cabeza para besarme, un beso inexistente, sus labios apenas rozaron los míos, lo único que sentí fue el cosquilleo del humo en mi boca. Volvió a hacerlo algunas veces más sin llegar a tocarme, no pude resistirme en abrazarle por la cintura para conseguir que me besara.

-Me halagas, Mica -su voz rasposa erizó mi piel.

-Déjate de juegos sucios -susurré cerca de sus labios.

-Esos son mis favoritos -apartó mi pelo para dejar desnudo a mi cuello- Y lo sabes.

-¿Quieres que te ruegue? -mordí suave su mandíbula.

No me contestó con ninguna palabra coherente, lo único que escuché fue un gruñido que salía del fondo de su garganta. Su mano acarició todo mi cuello hasta encajar sus dedos, mis ojos se pusieron brillosos y mi boca se abrió. Me gustaba lo domínate que era, me gustaba saber que le complacía verme así y a mi me encantaba hacerlo por él. Su agarre se volvió más fuerte cuando me besó demandante, algunos gemidos eran imposibles de controlarlos cada vez que nos separábamos, aunque él no tardaba en apagarlos al volver a besarme, así una y otra vez. La intensidad de su agarre subía poco a poco, mi mente empezó a nublarse al sentir que cada vez me era más difícil respirar, mi saliva empezó a acumularse al no poder tragar.

-Has sido buena chica.

Tras decir eso me soltó el cuello, su sonrisa cínica no había desaparecido. Tardé unos minutos en recomponerme del todo, aún sentía su mano en mi cuello. Sonreí de manera inconsciente al pensar cómo vería ahora mismo a través de sus ojos y él se dio cuenta, mis deseos más oscuros le pertenecían.


¡Otro capítulo listo! ❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥

Un poco corto pero intenso... 👀

El jueves intentaré colgar otro más largo. 🛐

Good night 💐

Royal AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora