Capítulo 70.

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ROXY

La excursión estaba siendo un total aburrimiento. Los más pequeños se lo estaban pasando en grande mientras jugaban por toda la pradera en la que habíamos pasado todo el día. Nosotros en cambio habíamos pasado de hacer las actividades propuestas a nuestro curso para tirarnos en el césped y dedicarnos a no hacer nada. Menos mal que Lea se había traído una toalla de picnic para sentarnos o toda mi ropa estaría manchada. El mensaje de mi hermano había levantado un poco el ánimo de todos. Mario se dedicó a leer todo el día junto con Lea, su hermana había decidido ir a explorar con Mat los alrededores de la pradera donde estábamos, Woodzy no estaba del mejor humor porque lo que decidió dormir. Cooper se había llevado a Thiago con sus amigos para jugar con ellos, era bastante divertido ver como le hacían trampas en su cara y él no se daba cuenta. Hadeon estaba aprovechando a tener a todos los alumnos desperdigados para ofrecerles cualquier cosa que pudiera conseguir. Yo, solo me dediqué a comerme con los ojos a Enzo, el chándal que llevaba hoy era más abrigado que el normal que siempre se ponía, daba la sensación de que estaba más fuerte así vestido. No podía hacer nada para acercarme a él, estaba literalmente rodeado de las adolescentes que no paraban de reírse entre ellas mientras intentaba echar un ojo a los más pequeños para que no hicieran el bruto.

-¿Cuántas horas nos quedan por estar aquí? -me quejé.

-Por lo menos unas seis horas más -respondió Lea sin quitarle el ojo al libro que estaba leyendo.

-Espero que Violetta esté siendo más productiva que todos nosotros ahora mismo -suspiré cansada- Creo que su madre le iba a llevar a hacerse un masaje capilar... -solo de pensarlo me moría de la envidia- ¿Me dais alguna idea para que me puedan expulsar a mi también y así irme?

-Me estás molestando Roxy -farfulló Woodzy- Date un paseo.

-Uf, que pereza.

-Escucha música -contestó.

-Se me ha acabado la batería del móvil -no llevábamos ni dos horas aquí y ya tenía el móvil completamente apagado.

-Te presto el mío si así consigo que estés en silencio hasta la hora de la comida -me lanzó su móvil.

-"Saranghae" -le dije te amo en coreano.

No me hacia falta pedirle que me desbloqueara su móvil, me sabía todas las contraseñas de todos, menos la de Mario. Creo que nunca le había visto con el móvil en la mano. Desbloquee el móvil para meterme en su Spotify y así poder meterme en mi lista. Miré de reojo por si alguien me estaba mirando, Woodzy se había puesto una sudadera en la cara para que no le molestara la luz y los dos que estaban leyendo ni se inmutaban de lo que estaba pasando a su alrededor. Me salí de la aplicación para meterme en la de mensajes y cotillear un poco. Sabía que estaba mal y que claramente estaba invadiendo la privacidad de mi amigo pero la tentación era superior a la poca moral que me quedaba. Tenía algunos mensajes sin leer de algunos grupos y de algunos contactos que no conocía, deduje que eran familiares o amigos de su país porque la gran mayoría eran coreanos por lo que podía ver en sus perfiles. Había escrito a Violetta estaba mañana y aún no se lo había leído, pinché en su conversación para ver completo el mensaje y ver que decía. Se notaba que Woodzy estaba enfadado con su hermano y con ella. Conocía a Haru de los años anteriores y de haber hablado por los pasillos y en alguna que otra fiesta que había organizado con los de su promoción. Le conocía hasta el punto de saber que su debilidad era mi amiga aunque no fuera su primera prioridad. Haru era el hijo mayor de los Choi y el ojito de su padre, opacando totalmente a su hermano pequeño. Sabía que su única prioridad eran los negocios y el poder, todo lo demás quedaba de lado. Violetta había estado muchos años idealizándolo hasta que conoció a Mario Beviá, el chico que le sacaba las canas y que había puesto su mundo al revés. Hasta ayer pensaba que mi amiga no caería otra vez ante él, me equivoqué. Violetta ahora mismo era una bomba a punto de estallar sin cuenta atrás. Impulsiva, fría, despegada y pasiva, había vuelto a ser la Violetta que nunca pensé en volver a ver. Obviamente el causante a todo era Mario, si tuviera algo que lanzarle ahora mismo lo haría para desahogarme y cantarle las cuarenta por hacer sufrir a mi amiga pero también entendía la situación de él. Ellos eran la viva imagen del agua y del aceite, apoyaba a ambos pero cuando las cosas estuvieran arregladas y que no hubiera ningún problema o mentira de por medio. Hasta que no llegara ese punto lo mejor era que se quedaran lo más alejados posible, por el bien de ambos. Salí del chat para seguir cotilleando, me fijé en el chat que teníamos todos con Chiara, hacía meses que no entraba en su perfil para leer nuestras conversaciones. Entré en el chat privado de ellos por impulso, no tenían muchas conversaciones entre ellos pero me fijé en la última conversación que habían tenido. Estuvieron intercambiando unos cuantos mensajes el mismo día que murió. El último mensaje que le había mandado Woodzy a Chiara era pidiéndole que se encontraran en el hall principal para hablar. De ese día tengo los recuerdos borrosos y alterados de todas las preguntas que nos llegaron a hacer pero juraría que Woodzy declaró que no la había llegado a ver en ese día. Me asusté al escuchar el sonido del silbato que cerré la aplicación sin salirme del chat con Chiara, cuando quise darme cuenta Woodzy ya me había quitado el móvil para guardárselo en el pantalón e ir hasta las profesores para que nos dieran la comida.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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