MARIO
Recordar dolía y olvidar también.
Desde pequeño supe que algo no estaba bien en mí, mis recuerdos exactamente. No me enteré de la verdad hasta que encontré varios papeles escondidos en el despacho de mi padre. Fue una corazonada, siempre entraba a su despacho para utilizar su ordenador o buscar folios, pero él día que encontré esos papeles no tenía ningún motivo de pisar ese cuarto. Su archivador estaba en la esquina, me fijé que uno de los cajones estaba abierto. Fui a cerrarlo, no tenía otro tipo de intención hasta que vi una carpeta mal colocada.
¿El destino? No lo creía.
Lo cogí para ponerlo bien, la carpeta estaba un poco desgastada. Mi nombre estaba escrito en grande en una esquina, quise dejarla aunque me cercioré de que no había nadie cerca para guardármela debajo de la sudadera y cerrar el archivador. Mis padres ese día estaban viajando y Mica estaba con su novio, las únicas personas que estaban en la casa eran algunos trabadores y yo. Me encerré en mi habitación con pestillo y saqué la carpeta. Al abrirla vi que había una partida de nacimiento, coincidía con mi fecha de cumpleaños. La nacionalidad no coincidía y tampoco el nombre de mis padres. Dejé el documento encima de la cama para leer los demás. Lo que leí me hizo despertar, recordé como había llegado al orfanato y como me había aferrado a Mica desde que la vi en la cuna que utilizó hasta los cuatro años. El primer impulso que tuve fue llamar a mis padres para que me contaran la verdad. No lo hice, pensé en como Mica podría salir afectada y todo mi mundo se cayó a mis pies, no podía permitir eso. Hice fotos a todos los documentos para devolver la carpeta. Al hacerlo intenté buscar más sobre mi pasado, no había nada. También intenté buscar algún documento con el nombre de Mica pero tampoco había nada. Los archivos más importantes estaban en la habitación de mis padres, bajo llave.
Ideé varios planes para conseguir las llaves, ninguno salió bien. Solo había una copia de las llaves y las tenía mi padre.
Me costó fingir ser el Mario de siempre. No había ningún segundo que no se me pasara por la cabeza miles de preguntas sobre mi pasado. Dolió sonreír a unas personas que había empezado a desconocer. Actué bastante bien porque no notaron nada.
Obviamente no dejé el tema de mi pasado de lado. Investigué todo lo que pude. Revisé todos los álbumes de fotos que nos hacían cada año, las fotos del orfanato y busqué información de todo lo que ponía en la carpeta. No encontré nada, solo había recuerdos.
Cada vez que veía a Mica me culpaba por estar investigando mi pasado, saber quién eran mis verdaderos padres.
Una tarde que fui a la biblioteca pública del pueblo sentí que alguien me seguía, no le di importancia ya que cada vez que me giraba no había nadie. Esos días le había estado dando más vueltas y buscando más información. Cuando entré en la biblioteca dejé la mochila en una de las mesas para reservar el sitio e ir directamente a la sección de historia ya que tenía que hacer un trabajo para clase. Cuando llegué a las estanterías no había nadie, busqué por el abecedario el libro que estaba buscando, no tardé demasiado en encontrarlo. Volví a la mesa, mi mochila estaba abierta. Miré a los pocos que había allí conmigo, todos estaban concentrados en estudiar. Saqué todo lo que había en la mochila para revisar si me faltaba algo, estaba todo, aunque había un pequeño sobre. Al abrirlo había una pequeña nota:
Deberías de tener más cuidado.
No busques más.
Abre el sobre y cuando veas lo que hay destrúyelo.
Miré dentro del sobre, había un pendrive. Encendí el ordenador para introducir el pendrive y ver lo que había. Un archivo con mi nombre. Lo abrí y había varios documentos. Los fui abriendo en orden.
El primero era mi partida de nacimiento, la misma que había encontrado en casa.
El segundo archivo era una investigación de la muerte de mi madre.
El tercero estaba lleno de fotos mías de recién nacido y con mi madre.
El cuarto archivo tenía información de un hombre que trabajaba para la FSB.
El quinto era información de la verdadera madre de Mica.
Los leí bien, apunté varias cosas y dejé de lado mi trabajo para clase. Estuve más de dos horas repasando todos los archivos y saqué varias fotos, sobre todo a las fotos con mi madre. Cuando salí de la biblioteca a la calle estaba oscura, no había nadie, únicamente un coche negro aparcado a lo lejos. Empecé a caminar para ir a mi casa, me detuve en el puente que había a medio camino para sacar de mi mochila el pendrive, lo aplasté varias veces con el pie y para romperlo en varias piezas y tirarlas al agua del río que había debajo del puente.
-¿Crees que con eso será suficiente?
Me giré para ver a un señor muy alto con un traje muy elegante parado a unos metros de mí, detrás de él estaba el coche que había visto aparcado.
-Espero que sí -intenté acercarme a él para ver su cara.
-Quédate ahí.
Obedecí. Si otra persona estuviera en mi lugar estaría muerta de miedo. Yo estaba tranquilo.
-¿Has leído bien todos los archivos?
-Sí.
-¿De qué parte estás?
-No le entiendo.
-No suelo repetir lo que digo -se alisó la corbata- ¿De qué parte estás?
-De la mía.
-No me sirve.
No le respondí. No sabía que decirle.
-¿Quieres más información?
-Sí.
-Te iré dando información cuando sea correcto -metió su mano dentro de su chaqueta- No te asustes, hoy no llevo mi arma conmigo.
-Que suerte la mía.
-Escucha bien. En esta tarjeta hay un número, cada cierto tiempo recibirás un mensaje con información -sacó la tarjeta y la levantó- Aunque deberás hacer algunos recados para mí.
-¿Algo ilegal?
-No -suspiró- Formo parte de la justicia.
-¿Cómo puedo creerle?
-Ya crees en mí -soltó una carcajada- Me recuerdas a tu padre, te pareces mucho a él.
-¿Por qué no había ninguna foto de él en el pendrive?
-Cada cosa a su tiempo Mario.
-¿Eres mi padre? -pregunté un poco esperanzado.
-No -suspiró- Pero le conozco.
-¿Sabe que estoy vivo?
-No ha dejado de buscarte -raspó el suelo con su zapato- Ya nos veremos -dio media vuelta para abrir la puerta del coche.
-¿Cómo se llama? -pregunté pero cerró la puerta antes de escucharme y el coche despareció de mi vista.
La tarjeta estaba tirada en el suelo, me agaché a recogerla. Había únicamente un número de teléfono. Ningún nombre o una letra.
Capítulo cortito pero necesario.😎
Poco a poco vais a conocer la historia de Mario.❤️🔥
Queda otro capítulo por leer.⬇️
Gracias por el apoyo.⭐️
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Royal Academy
RomanceEllos no son nada, inspirados a no triunfar. El internado "Royal Academy" cuenta con muchos años de enseñanza, premiados por sus cualificados alumnos pero lo que nadie sabe es que ese año las cosas van a cambiar. Un grupo de amigos se encargará de...