Capítulo 2 (Parte 3)

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─Verás... ─comenzó Leah tras coger aire, casi dudando de si debería o no hablar de aquel tema. Pero un nuevo apretón de las manos de la pelirroja hizo que cogiera un poco más de valor─. Joel me contó que cuando se hizo público que Toni y tú manteníais una relación formal...

─Mujer, no seas tan seria ─rio Jacky. Le parecía encantador que hablara de aquella manera tan cuidada.

─Perdón. Bueno, me comentó que habíais tenido problemas con la prensa...

─La prensa, las redes sociales,... ─Dejó escapar un largo suspiro. No era algo agradable que recordar, pero comprendía perfectamente el miedo de la muchacha─. Lo malo de ser un personaje público, es que estás expuesto a todo: al cariño, a los halagos, a la gente que disfruta tu trabajo, pero también a las malas críticas, a los insultos y a las mentiras. ─Agachó un poco la cabeza, entrecerrando los ojos─. Las malas críticas y los insultos de la gente... bueno, aprendes a convivir con ello, y muchas veces ni lo lees, pero cuando la prensa se mete de por medio, y la gente publica fotos fuera de contexto es cuando se hace daño. Yo antes salía mucho con Rina cuando vivíamos en Madrid. ─No pudo evitar sonreír al hablar de aquella manera. Apenas llevaban un fin de semana allí y ya parecía que habían pasado semanas─. Era divertido, porque tomábamos unas copas con algunos amigos, bailábamos,... Pero cuando la gente se enteraba de dónde estábamos comenzaban a sacar fotos y a subirlas a todas las redes. Y ya sabes cómo son las bolas de nieve, ¿verdad?

─La mentira cada vez se hacía más grande... ¿verdad? ─Jacky asintió suavemente, acariciando sus manos.

─Imagina. Me sacaron una foto bailando con Kike, un amigo de Toni, tomada de tal forma que parecía lo que no era. En fin, aquella foto llegó a ser publicada en revistas afirmando que engañaba al grandullón. Toni es muy pasional y enseguida se enfada, así que aquello desencadenó en una discusión tan fuerte que estuvimos a un pelo de romper. Si no hubiera sido por Ed...

─¡Ay, Jacky, no lo sabía! Joel solo me dijo...

─Joel es muy bueno ─cortó la mujer antes de que pudiera decir nada─, y a veces adorna estas vivencias para que no parezcan tan malas. Es muy duro en muchos sentidos, pero hoy no voy a ponerte la cabeza como un bombo con estas cosas. ─Apretó sus manos de nuevo y la miró fijamente─. Vas a tener que hacerte a la idea de que tarde o temprano os pillarán juntos y Joel tendrá que hacerlo público para evitaros daños. Pero aun así vas a empezar a ser una persona mediática, y más de uno te reconocerá por la calle. No hagas caso de los insultos, no los leas, y no creas lo que digan en las redes o en los medios sobre Joel. Adoran las polémicas, y aunque en muchos casos están montadas, en otros no, y es cuando llegan a hacer daño.

─No quiero que Joel sufra, Jacky...

─¡Pero qué bonita eres! ─Soltó una carcajada al escuchar su tono lastimero. Se levantó de la silla y la abrazó contra su pecho, acariciando su pelo suavemente─. Solo confía en él. Joel es tan bueno que no podría ni matar a una mosca. ¿Sabes que le gusta ir a tocar la guitarra cuando puede a los viejecitos de las residencias? Alguien que hace algo así no puede tener malicia.

─Gracias... ─Leah se abrazó a la mujer, hundiendo la cabeza en su pecho.

─Y si alguna vez sientes que todo te supera, vienes aquí y hablas conmigo. Que si tenemos que ir a darle de guantazos a algún gilipollas mando al gorila. ─Nada más decir aquello, las mujeres escucharon un gruñido que provenía de las escaleras. Con paso lento y algo vacilante bajaba Toni, con los pantalones de pijama tan solo y cara de malas pulgas─. Mira, hablando de King Kong.

─¡¿A quién llamas King Kong, vieja?! ─gruñó Toni, tan de buen humor como siempre. Leah se levantó, asustada, girándose hacia él.

─¡N-no queríamos hablar mal de ti ni nada! ─exclamó, apurada, lo que hizo que el enorme moreno se detuviera en el último escalón, mirando a aquella extraña muchacha, y que Jacky rompiera a reír a carcajadas. Tenía mucho que explicarle a la pobre chiquilla.

─Leah, mujer, no te justifiques con el gorila. Tampoco he dicho nada que no sea verdad. ─La pelirroja sonrió maliciosa, mirando hacia Toni, que seguía con la vista fija en la morenita.

─¿Qué cojones dice aquí la campanilla esta? ¿Qué ha venido, a vendernos enciclopedias?

─¡Tú, gilipollas, no te metas con ella que es la novia de Joel! ─Una zapatilla salió volando desde la mano de la pelirroja hasta la cabeza de Toni, rebotando y cayendo al suelo.

─¡Me cago en la ostia, vieja! ¡¿Quieres dejar de tocar los cojones ya de tan buena mañana?! ¡¿Qué coño voy a saber yo quién es esta?!

─¡Pues pregunta, so mendrugo! ¡Que tú en vez de cerebro tienes merengue en la cabeza! ─Leah no sabía dónde meterse. ¿Qué había pasado? ¿Por qué se gritaban tanto? Y lo más extraño... ¿Por qué nadie salía a detenerlos?

─¡¿QUERÉIS CERRAR LA PUTA BOCA?! ¡ALGUNOS QUEREMOS DORMIR! ─Tras el grito, desde el piso superior, de otro muchacho, se escuchó un sonoro portazo. Leah dio un pequeño respingo y Jacky puso cara de situación. Ed iba a levantarse de muy mal humor si continuaban con aquella pequeña e inocente riña de pareja.

─Creo que habéis enfadado a Ed. ─Joel salió de la cocina con una enorme bandeja con vasos, bollería y zumos para todos─. Ahora traigo la jarra de leche y el café, que no podía con todo. Buenos días, Toni. ─El hombretón contestó con un gruñido, caminando directo hacia la mesa. Jacky aprovechó el momento para posar una mano sobre el hombro de Leah y apretarlo, intentando relajarla.

─Tranquila, cielo, esto es así todos los días.


The Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora