Los resultados tardaron un poco en salir, lo que hizo que a cada minuto que pasaba, Sheila se pusiera mucho más nerviosa. Los hospitales no le gustaban nada, y aunque había ido a comer más de una vez con Patricia y Leah, no es que su olor le fuera agradable. Era capaz de aguantarlo si tenía que visitar a alguien, pero el hecho de ser ella la enferma, la que tenía que esperar horas allí sentada, rodeada de gente enferma, la ponía muy nerviosa. No quería decirlo, pero estar allí era lo que la hacía ver, realmente, lo corta que podía ser la vida. Por eso no le gustaba tampoco ver documentales o programas que hablaran del fin de la raza humana, o de lo que sucedería si, de repente, toda la sociedad se fuera al traste. La hacía sentir pequeña, insignificante, y que su vida, a fin de cuentas, no tenía relevancia. Aun así, y solo por no ver a su hija preocupada, intentó pasar el tiempo hablando con Ed y con ella sobre banalidades.
Cuando por fin se los dieron y le dijeron que, tal y como habían pensado, tan solo tenía un par de costillas rotas, no tardó en pedir el alta. Sabía que iba a tener que pedir la baja durante unas semanas hasta que estuviera bien y que iba a necesitar mucho más descanso de lo normal. Todo eso no le importaba, e incluso la perspectiva de tener algo de tiempo para ella, aunque fuera a consecuencia de un tiro, le parecía maravillosa. Con las recetas necesarias para los calmantes, cita para su médico y unas cuantas recomendaciones, Sheila, Anne y Ed salieron del hospital bajo la atenta mirada de todos los presentes. A ninguno le pasaron desapercibidos los cuchicheos y las miradas, lo que hizo que Ed tuviera un mal presentimiento.
─¡Ahí están!
En cuanto los tres traspasaron la puerta de salida de urgencias, se toparon con un nutrido grupo de fotógrafos que comenzaron a disparar con sus cámaras antes siquiera de poder haberlos visto bien. La luz de los flashes de las cámaras los cegaron durante un instante, los reporteros no tardaron en acercarse, micrófono y grabadora en mano, para sacarles alguna que otra declaración. Sheila no sabía muy bien qué hacer, porque entre el dolor del costado y que quería proteger a su hija de las cámaras tan solo se limitó a echar hacia atrás el brazo con el que no se sujetaba para esconder a Anne. Pero, por suerte, Ed estaba con ellas, así que agarró a Anne de una mano y, tras instar con la cabeza a Sheila para que anduviera hacia su coche, comenzó a caminar mirando al frente, pasando por completo de todos los periodistas.
─No digáis nada, solo id hacia el coche ─susurró Ed mientras caminaban. Pese a ello, los periodistas no solo se seguían arremolinando frente a ellos, sino que los que dejaban atrás no dejaban de perseguirlos. De repente, Sheila notó una mano agarrar el brazo con el que se sujetaba las costillas por el dolor y un tirón del mismo tan fuerte que, al girar, sintió tan dolor en el costado que hasta soltó un pequeño grito. Ante ello, y bajo la atenta y atónita mirada de los periodistas y cámaras presentes, Ed se giró de golpe y, casi sin pensarlo, golpeó en la cara al hombre que había agarrado a Sheila de aquel modo─. ¡¿Tú eres gilipollas?! ─exclamó fuera de sí. Anne enseguida agarró a su madre, que por suerte estaba bien.
─¡Tío, me has partido el labio! ─gritó el periodista, llevándose la mano a la boca, la cual tenía ya manchada de sangre─. ¡Verás la denuncia que te voy a meter!
─¡Eso debería decirlo yo! ¡¿Es que no ves que salimos de un puto hospital?! ¡¿Cómo se re ocurre cogerla de ese modo viendo que se agarra el costado?! ¡No tenéis puta vergüenza!
─¡Te vas a cagar, guaperas! ─Pese a que otros periodistas tiraban de él, algunos de ellos incluso increpándole por lo que había hecho, el herido no dejaba de gritar.
─¡Ed, vamos al coche! ─gritó Anne, que se había alejado de allí con su madre. Algunos periodistas las habían seguido, pero la mayoría se habían quedado viendo el altercado del cantante. Ed, aún enfadado, sacudió la mano con la que había golpeado al periodista y fue directo hacia el coche, donde ayudó a montar a Sheila antes de montarse él mismo.
En silencio, el solista arrancó el coche y se puso en camino hacia casa de Sheila. Tenía el ceño fruncido y los dedos crispados alrededor del volante. Incluso su respiración había pasado a ser fuerte e irregular. La policía, al verlo, acercó la mano hacia él y la posó suavemente sobre su muslo, apretándolo con ternura.
─Ed, estoy bien ─dijo.
─No tenía que haberte tocado. ¿Quién se cree que es? Mira, es que le llego a pillar mejor y...
─Cálmate, por favor ─le cortó la policía, acariciando su pierna─. Me ha hecho daño, pero estoy bien. Solo ha sido el tirón. ¿A ti te duele la mano? ─Durante un par de segundos, que a Sheila se le hicieron interminables, Ed permaneció en silencio.
─Un poco ─dijo finalmente en una especie de gruñido. Y para sorpresa de ambos, una pequeña risita se escuchó en la parte detrás del coche. Ambos alzaron la vista hacia el espejo retrovisor para mirar a Anne, que reía alegremente.
─¿Qué pasa hija?
─Que ahora mismo soy muy feliz.
***
¡Hola cerecillas mías!
Sé que esta vez me he retrasado de nuevo, pero es que tuve un pequeño viaje este pasado fin de semana. Como además de escribir y ser editora dirijo una revista online cobre autores españoles de cómic, ilustración y literatura, a veces me invitan a eventos a dar charlas, y hay uno que nunca me pierdo: Albanime. Y claro, como tuve que ir hasta allí no pude actualizar a tiempo, pero como veis he vuelto con más amor para todos vosotros <3
La verdad es que el evento es una pasada, porque hay muchísimas actividades que hacer siempre, y van stands de dibujantes y artesanos que venden cosas la mar de chulis, así que yo os invito a ir a la próxima si vivís en Albacete o cerquita, porque es muy chulo (sobre todo si os gusta el manga y el anime. Salón recomendadísimo). Hablé un poco de él en mi blog, así que os dejo la dirección por si queréis cotillear un poquito: http://mimundodecereza.blogspot.com.es/
También me he dado cuenta de que muchas veces hablo de algunas cositas de mí, pero tampoco os he contado nada específico, así que se me ha ocurrido que, si queréis, puedo hacer un preguntas y respuestas sobre mí para que me conozcáis un poquito más y puedo ponerlo en el propio blog. ¿Os gustaría que lo hiciera? Así voy combinando preguntas y respuestas de los personajes, y preguntas y respuestas sobre mí ;) ¡Decidme si os gustaría en los propios comentarios!
¡Nos vemos la próxima semana, cerecillas mías!
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The Black Rose
RomanceAVISO: Esta historia es para mayores de 18 años. La historia puede contener escenas de sexo explícito en algunas de sus partes. A sus 35 años Sheila es una mujer feliz, una gran policía, una mujer independiente y madre de una enérgica adolescente. D...