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—Sakurada entras en este set!-
La nombrada se levanto de golpe, emocionada ante las palabras de su capitán. Todos ahi dentro parecían tener su mirada sobre ella al notar que ingresaría a la cancha como una jugadora y no a entregar botellas de agua como su manager.
Quienes la conocían por nombre sabían de aquello de lo que era capaz. Y los que no, estaban a punto de enterarse sobre su potencial. Pero aun que era consiente de los ojos que seguían sus pasos, Hikari no pudo evitar pensar que alguien entre todo ese campo estaba analizándola de mas.
Por esa razon revoleo su vista por el gimnasio creyendo que tal vez se trataba de los jugadores al otro lado de la cancha. Tal vez sus ex compañeros pensaban que algo habia cambiado en ella en esos meses de su vida que se perdieron. Pero a pesar de que todos le dieron una rápida mirada a su figura, ninguno se quejo mirándola fijamente.
La mirada no estaba en la cancha.
La mirada estaba en las gradas.
—Oye..—Kindaichi hablo en dirección a Hinata —Debes enseñarme a servir en su cabeza-
—O tal vez sea yo quien sirva en la tuya-
Hikari le respondió con molestia, dándole una envenenada mirada antes de ir directo a su posición. Ambos muchachos la miraron en silencio no queriendo recibir ninguna otra frase pasivo-agresivo. Todo lo que hicieron fue concentrarse en sus propios juegos, bajando cada nivel de ansiedad en su cuerpo en el caso de Hinata, y poniendo atención al resto en el de la chica.
—¡Kunimi!-
Sakurada se movió cuando lo vio rematar en dirección a Tsukishima, quien para ser sincera, le recibió el pase de casualidad. Pero eso le dio la oportunidad a Kagayema de correr cerca de su posición y elevar el balón por los aires una vez mas.
Nadie se percato de la sonrisa de lado que Hikari dio al aire antes de moverse a la misma velocidad que sus compañeros. Sus piernas la llevaron directo al punto donde quería, saltando al mismo tiempo que Hinata y golpeando el paso con todas sus fuerzas.
Por un lado, el de cabellos naranja abrió sus ojos sorprendido cuando su mano no sintió el tipo de picazón proveniente del impacto. Por el otro, los jugadores al frente de ellos se quedaron en silencio cuando el balón aterrizo en el único lugar que no tenían defendido. Y finalmente, en lo mas alto de las gradas, un muchacho sonrió al saber que no habia cambiado en nada.
Hikari y Tobio habían hecho un punto fácil. Ambos usaron esa normal coordinación que tenían desde hacia ya muchos años, engañando como niños a ambos equipos. No necesitaban ningún ataque rápido ni tampoco demasiado esfuerzo. Lo único que debían hacer era mirarse y los dos sabrían exactamente que hacer.
