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—¡Sakurada te toca!-
La nombrada salto emocionada, cambiando de lugar con Daichi antes de que fuera su turno de sacar. Podía sentir las miradas sobre ella tomar el balón, llevando a que sus labios se curven ligeramente con algo de egocentrismo. A ella le daba igual esos abucheos de la tribuna, o la manera que tocaban para desconcentrarla. El ruido era algo que no la molestaba normalmente.
Esa fue la razon por la que se preparo para sacar, posando su afilada mirada contra el otro lado de la cancha. Tan pronto como dio con su objetivo, los muchachos del Inarizaki se prepararon para ver lo que estuvieron esperando desde que empezaron el partido. Algunos incluso mas que otros. Puesto que un par de ellos pensaron que no lograrían hacerlo con la tribuna gritando.
—¿Qué rayos?— Osamu murmuró —¿No está intimidada?-
Sakurada esta tan bien, que incluso se giro a las personas que tocaban el tambor y les dio un signo de paz. Incluso envió un beso volador como si nada pasara, donde termino por hacer que la música flanqueara de a ratos. Y eso hizo que Kageyama se riera por lo bajo ante la irritación que causó en sus oponentes.
—¡Tu puedes!-
El grupo termino de decir eso tan pronto el silbato sonó, logrando que ella corriera e hiciera su pase. Ningún miembro de Inarizaki tuvo tiempo de siquiera reaccionar. El balón se estampó contra el suelo de la cancha dejando una pequeña marca y un atónito bloqueador central que no se arriesgó a acercarse y salvarla.
Esos saques no eran de estudiantes de secundaria. Según Suna, quien entendió el porque de las palabras del Karasuno cuando hizo lo mismo que él, pensó que esos eran mucho mejores. Por fin podía ver los pases de los que todos hablaban en vivo y en directo, y fue mejor de lo que creyó. Y sabia que no era el único, porque con las expresiones de su equipo, era claro que se aterraron un poco.
—¡Uno mas!-
Hikari movió su cabello en señal de gusto, tomando su siguiente tiro. No importo que el ritmo de la musica aumentara para marcar sus pasos. De hecho lo que si le molesto, fue que eta vez el líbero contrario se tiró y elevó el balón, dándose cuenta que eran peor que los de Atsumu.
—Demonios-
La chica murmuro mientras corría a su posición, divisando a Atsumu estirar su pierna a la perfección, y armar al número 2 para hacer el punto. Inarizaki tenía el balón ahora y por unos minutos, Sakurada se preocupó cuando Osamu usó casi su tiempo completo al sacar. Termino por entender que solo estaba probándola a ella y su paciencia cuando la pelota vino directo hacia ella.
—¡Sakurada!—Noya grito.
—¡La tengo!-
Ella sonrió cuando logro elevar el balón sin mucho esfuerzo, sacando un gruñido de su oponente. Especialmente cuando la envió hacia Tanaka, que anoto otro punto al instante. El problema no era su trabajo en equipo, mas bien la presión que todo esa tribuna le ponía para sacar.
