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—¡Lo tengo!-
La voz de Sakurada Hikari se escucho alrededor de la cancha, logrando que el resto de su equipo se tranquilizara. Porque fue ella quien recibio ese terrible saque recto que Atsumu envió hacia su lado de la cancha. La única persona que podía recibir el pase de esa magnitud, tenia que ser alguien que lo haga de la misma manera. O al menos eso era lo pensaron aquellos entrenadores que estaban evaluándolos a uno de los costados.
Uno de ellos noto como todos estaban mas tranquilas, pero siempre buscando una manera de perfeccionar sus golpes. Ella en particular, así como tambien Sakusa en su costado, quienes claramente no iban con todo ahora. Ambos sabían que todo el grupo conocía de ellos, lo que significaba que solo debían concentrarse en mejorar por ahora.
—No se concentren en bloquearlo—el entrenador dijo ante el punto —No si solo pasaran sobre la red.
—Si!-
Ante la respuesta colectiva, el grupo se preparo para jugar una vez mas. Y entre el caos que habia, Hikari conecto miradas con su novio, quien sonrió levemente. Eso le dijo todo lo que necesitaba, llevándola a correr para el lado contrario de aquel que remataria originalmente, y golpear su colocación.
El balón cayó en el lado de la cancha opuesta donde nadie estaba, dejando a un equipo contrario sorprendido -ya que claramente no la vieron venir- y Kai con la mano en alto para golpear algo que jamás llegó. Eran esos mismos movimientos de la noche anterior, donde no muchos sabían que harian realmente. Todavía no existía nadie que pudiera predecir algo como eso sin mucho esfuerzo.
—¡Si!-
Sakurada dijo emocionada chocando los cinco con Kageyama antes de volver a la parte trasera del espacio. Ninguno de ellos se percató de esa manera en la que los entrenadores hablaban de sus habilidades. La manera tan fácil en la que Tobio se adecuaba y sincronizaba con todos. Y la forma en la que jamás verás venir a Hikari. Era como si luego de todos esos años entrenando, por fin logró que nadie leyera sus movimientos.
—Son tan buenos que dan miedo—alguien murmuro.
—Gracias Atsumu-
Esta vez fue su turno de quedarse petrificado ante las palabras de Hikari. No solo porque dijo sus pensamientos en voz alta sino también por como su nombre sonó saliendo de sus labios. Y todos entendieron que ella no era la única emocionada de conocerlos.
Miya era igual de fanático que ella. Y era un poco vergonzoso que todo el mundo se haya dado cuenta sin mucho esfuerzo. Porque incluso los entrenadores tambien se divertían al ver a dos de los jugadores más fuertes de ese grupo así de sonrojados.
—¡Un toque!-
Hikari fue quien armó esa vez, enviándola en dirección a Kai. Del otro lado, Miya se tiró a recibir, por lo que Sakusa hizo de armador para Hoshiumi sin otras opciones. Y por primera vez, la chica noto que el muchacho de cabello blanco no solo parecia tener la misma altura que Hinata, sino que tambien saltaba casi tan lejos como él a la hora de anotar puntos.
