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—Esta bien, ya paso-
Kageyama vio con un poco de terror como Hikari tranquilizaba a un niño que choco contra su cuerpo menos de dos minutos atrás. Estaba claro que él no podía lograr algo como eso con la aterradora mirada que daba hacia lo que no entendía. Por dentro a veces pensaba que, tanto los menores como los animales, repelían su presencia. Y aunque eso lo hacia sentir mal o que intentara trabajar en eso, se dio cuenta que iba a ser muy difícil cambiar algo de su explosiva y seria personalidad.
—Necesitas ser mas amable—ella le recrimino cuando estuvieron solos —Aunque debo admitir que eso fue gracioso-
Tobio simplemente la miro inexpresivo.
—Tooru, enséñame a sacar—una voz fina llamo su atención —Quiero jugar otra vez-
—Oye mocoso—el nombrado le recrimino —Deberias respetarme mas-
Ese tono fue suficiente para que los dos se giraron a un lado, encontrándose con el capitán del Aoba caminando junto a un pequeño niño que Hikari reconoció como parte de su familia. Pero no estaba completamente segura de quien era. Claro, no falto mucho para descubrirlo, ya que Kageyama llamo el nombre de Oikawa con sorpresa. Y por consecuencia, su atención.
—Oikawa san—el morocho dijo —¿Que haces aquí?-
—Cuido a mi sobrino—el nombrado lo miro con desdén antes de sonreírle a la chica —Hola pequeña Sakurada-
Tanto Hikari como el niño dijeron un hola al mismo tiempo antes de soltar una pequeña risa y chocar los cinco. Los muchachos los vieron con sorpresa ante lo rápido que podían hablar con la gente como si fueran amigos de toda la vida. O bueno, al menos así pensaron en un principio, porque luego se dieron cuenta que no era la primera vez que se veían.
—¡Eres Takeru!—la muchacha lo señalo —Lo siento, no podía recordar tu nombre-
A veces era un poquito directa.
—¡Y tu debes ser Hikari!—el niño salto de igual manera —Eres la chica de la que mi tío a veces habla—eso la hizo sonreír leve —¡He visto tus partidos! ¡Eres genial a la hora de sacar!-
Oikawa apretó sus ojos ante lo que su sobrino acababa de revelar, al mismo tiempo que Tobio mordía su labio al notar que ya era la segunda persona que estaba detrás de Sakurada. O bien la tercera si lo contaban a él. Porque entre Kuroo y sus ganas de hacerlo enojar con su querida idea de enseñarle a bloquear para estar cerca suyo ya era suficiente.
Pero ahora tenia a uno de sus antiguos compañeros hablando de ella con su familia. Y aunque el capitán del Nekoma era solo un amigo -tal vez un mentor- ante los ojos de Hikari, cuando se trataba del líder del Aoba, no estaba seguro de poder decir lo mismo. Claro que, eso era lo que él pensó por un segundo. Porque para ser sincero, nadie que conocieran lograría que ella dejara de mirarlo de la manera que lo hacia.
