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🖤
—¡Kiyoko me muero!-
La verdad es que amiga se sobresalto cuando lo primero que salió de la boca de Hikari fueron esas palabras. No era raro que ambas tuvieran videollamadas en la tarde, justo cuando el equipo no se reunía para practicar. Pero en esa ocasión, la menor parecia estar en necesidad de ayuda. No solo por su tono de desespero en que hablo. Tambien porque Shimizu diviso una montaña de ropa sobre la cama, una adolescente estresada y música bastante depresiva de fondo.
Decir que se espanto, fue poco.
Pero luego recordó que su amiga se vería con Kageyama esa tarde. Era el día de la tan ansiada cita. Y lo mas seguro es que estuviera estresándose porque iba a usar para dicho evento. Despues de todo, a pesar de salir con él, jamás lo llamaron con el nombre oficial. Y eso podía poner nervioso a cualquiera, incluida alguien como Sakurada, quien no solía acobardarse con esas cosas.
—Bien— la manager claramente sabia que hacer —Esto es lo que haremos. Agarra esa pollera negra de ahi, la que esta en la silla no la cama. Las medias del mismo color y asegúrate de usar botas-
La de primero corrió por su cuarto tomando lo que pedía, casi tropezando entre la pila de prendas. Pero se las arreglo para poner todo delante de la pantalla para así dejar que su amiga viera lo que tenían.
—Te pondrás eso con alguna remera blanca. ¡Que no tenga dibujos!— la menor asintio ante esa indicación —Y arriba... la campera esa rosa que tienes ahi.
Sakurada hizo un gesto de militar, agarrando todas las prendas, diciéndole que la esperara y corriendo fuera de la vista para cambiarse. Kiyoko le soluciono la vida en cuestión de cinco minutos al armar ese atuendo. Porque cuando se lo mostro, ambas quedaron enamoradas.
—¡Esto es perfecto!— Hikari aplaudió emocionada —¡Gracias Shimizu! Ya estaba entrando en pánico porque esta a punto de lleg...-
La chica fue cortada por el timbre, logrando que la de cabello largo quedara algo petrificada. Y Kiyoko se dio un golpe cuando entendió que Kageyama estaba ahi, eso significaba que se estaba preparando a ultimo momento.
—Te vere luego—ella le sonrió —¡Y espero me lo cuentes todo!-
Por eso movió su mano en forma de despedida dejando que cortara la llamada antes de hacerla prometer que le contaría todo. Sakurada asintio muy confiada, tomando su bolso y corriendo escaleras abajo. Sus pasos se escucharon por esa silenciosa casa incluso desde afuera, indicando que estaba apurada.
Pero eso no le importo.
—¡Ya voy!-
Sus manos acomodaron los mechones rebeldes que no querían permanecer en su lugar, alisaron la falta y finalmente abrieron la puerta. Tobio contuvo la respiración por unos segundos, dándose cuenta que la Hikari frente a él era diferente a esa que estaba acostumbrado.
