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—¡Si!-
Sakurada Hikari y Yamaguchi Tadashi chocaron los cinco apenas recibieron la nota de su ultimo examen. En ambas hojas resaltaba un 98 grande y claro, logrando que se emocionaran. Incluso habían pasado las materias que mas odiaban, como ella e historia -con un 70-, y él matemáticas -a raíz de un 80-. Pero toda la emoción se fue por el caño cuando el ultimo integrante de su trio camino hacia ellos para sentarse junto a la chica. La sonrisa de egocentrismo que portaba les decía que seguramente les habia ganado una vez mas con el puntaje.
—¡Tsukki!— Hikari se escucho hasta el pasillo —¡No me digas que te saques mas que nosotros o te golpeare!-
—Admiren...—Kei elevo su papel para presumir —Lo que es ser inteligente-
Sus amigos gruñeron al notar un 100 perfectamente escrito arriba de todo. El gesto logro que Tsukishima soltara una risa burlona, demostrando que solo era así con el grupo que se sentía cómodo. Porque si iban al caso, él también era igual de infantil que ellos, se molestaba de igual manera, e incluso competía contra ellos.
—¿Por que nunca le ganamos?-
Hikari hizo un puchero mientras preguntaba, logrando que Tadashi se sobresalte en el momento que toda ella se deprimió. Y justo antes de que pudiera hacer algo para evitarlo, el cuerpo de su amiga cayo hacia un costado sin emoción alguna. Eso llevo al rubio a suspirar en el momento que choco contra su cuerpo, sabiendo que no iba a poder liberarse de ella nunca mas.
—Si vuelves en si...—Kei dijo sin mirarla —Te compraremos un jugo de frutilla.-
—¡Okay!-
Tsukishima chasqueo la lengua cuando se dio cuenta que cayo en su juego, viendo como se ponía de pie con toda la energía del mundo. Eso logro que Yamaguchi deje salir una suave risa, no tan sorprendido como él, antes de seguir sus pasos fuera del salón. Ambos llegaron hasta la puerta antes de que Hikari volviera hacia él y lo haga levantarse de golpe.
—¡Yah! ¡Hikari!-
El muchacho no estaba seguro de donde sacaba tanta fuerza, pero Sakurada se las ingenio para arrastrar al rubio por la espalda todo el pasillo. Y si no fuera porque Yachi los diviso a la mitad de camino, tal vez lo hubiera hecho hasta la maquina de afuera en busca de su bebida.
Pero el grito de susto proveniente de su pobre manager la llevo a frenar y asegurarse que estaban bien. Era claro que su primer pensamiento fue que la habían asustado por eso. Y termino por intentar disculparse, antes de darse cuenta que temblaba en su lugar, pero no era por la presencia de ellos.
Sino por los exámenes de Hinata y Kageyama.
—¡Ya tienen las notas!— ella se acerco emocionada —¿Cómo les fue? Por favor digan que bien-
