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-¡Yuta!-
El nombrado se sobresalto cuando escucho la voz de su hermana cada vez mas cerca, logando que estirara sus brazos hacia delante con precaución. El muchacho parecia muy acostumbrado a tener a Hikari colgada de su cuerpo, porque tan pronto ella salto, él la atrapo entre su agarre. Al final no le quedo de otra que continuar el ultimo tramo hasta el gimnasio con ella aferrada a su espalda como si no fuera nada.
Los hombres al costado del muchacho sonrieron entre divertidos y asustados ante la presencia de esa muchacha. Pero a medida que la escuchaban hablar como si de un loro se tratara, se dio cuenta todo el mundo de quien se trataba. No era una de esas locas fans del jugador. Solo era su hermana menor, que al parecer le tenia tanto aprecio como él a ella.
—¿Qué haces aquí?—ella se agarro de su cuello —Pensé que tenias entrenamiento hoy-
Hacía un par de días que no cruzaban muchas palabras debido a la dificultad de horarios. Entre las prácticas del muchacho y las clases de la chica solo lograban comer juntos por las noches. Y a veces eso sucedía casi a medianoche. Por lo que no fue ninguna sorpresa para Yuta que ella se viera así de emocionada de verlo. Lo que internamente lo hacia derretir, considerando que el la habia extrañado mucho también.
—Decidí que era momento de ayudar a mi hermanita-
Sakurada la bajo antes de entrar al gimnasio, notando la expresión de confusión en su rostro. Era claro que habia visto a los hombres con él y como tenia puesto su uniforme para entrenar. Pero que se encontrara en su escuela la hizo pensar en el porque, llevándola a la ultima charla con Takeda, donde dijo que con su intervención lograron conseguir un entrenador.
—¿Estas aquí para entrenarnos?—ella lo miro.
—Algo así-
Yuta sonrió de lado con diversión, mostrando una versión masculina suya. Los hombres detrás de ellos tuvieron un escalofrió cuando vieron que ella lo repitió, entendiendo realmente que el par eran hermanos hasta en lo mas mínimo de sus expresiones. No solo era gracias a sus locas personalidades, sino además en el físico y la manera en la que se movían.
Y no sabían si eso era bueno.
—A propósito ¿Sabes porque me dejaron faltar?—su hermana no noto el tono burlón en su voz —Kento Kun dijo que podía venir... porque era por ti-
Eso fue suficiente para que Hikari entrara en su mundo de fantasías repleto de flores, dulces, y el color rosa en cada espacio que encontrara. Su hermano sabia bien lo mucho que adoraba al capitán del MSBY, un poco tranquilo porque era por su rostro y no sus habilidades. Por esa razón lo uso a su favor para burlarse un poco y que no fuera con todas sus fuerzas en el partido que se venia.
—¿Yuta senpai?-
Una voz logro que los dos se giraran a la entrada del gimnasio, notando que Ukai habia abierto la puerta para revelar a quienes serian sus oponentes. El nombrado noto como los compañeros de su hermana se quedaron de piedra ante la escena delante de ellos, algunos elevando una de sus manos para señalar, y otros simplemente viéndose pálidos como un papel.
