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—¿Ari?-
Tobio hizo esa pregunta con un poco de espanto cuando vio el cuerpo de su novia entrar a su habitación como alma que lleva al diablo. Noto que ya portaba prendas deportivas, su cabello estaba arreglado en una coleta sumamente alta, y su mirada demostraba emoción por lo que venia. Pero incluso ese sentimiento se mezclaba a algo parecido al terror de adentrarse a un lugar lleno de nuevas personas.
—¿Que haces aquí?—él se confundió —Pensé que te vería en la cancha-
Cada uno tenia una habitación por el tiempo que residirían en el campamento de entrenamiento. Sakurada, al ser la única mujer, se salvaba de tener que compartir con alguien. Pero Kageyama no tanto. Por eso le sorprendía que entrara ahi, con una sigiles impresionante, solo para verlo.
Claro que, eso no iba a molestarle en lo mas mínimo. Él también quería estar cerca de ella. Pero si debía admitir que le daba un poco de susto que los encontraran. En especial a solo minutos de comenzar a entrenar con el resto de reclutas que vieron en la entrada.
—Cambia esa cara—ella intento cambiar de tema —Nadie se dio cuenta y tu compañero no volverá hasta mas tarde... Solo me quedare un rato-
El muchacho no protesto, viendo como se tiraba a un lado suyo en la cama. Hikari se acomodo de lado pasando el brazo por el pecho de su novio y dejando que él la tomara por la cintura.
Lo único que hicieron fue quedarse en silencio con sus vistas pegada al techo y murmurando de vez en cuando palabras algo inentendibles. Era impresionante como podían disfrutar con tan simples momentos. No necesitaban hacer nada extravagante para estar cómodos.
—¿Ya encontraste a quien buscabas?— él vio la hora en el teléfono —Ese... ¿Rematador?-
Kageyama no tenia ni idea.
—Todavía no— ella se lamento un poco ante eso —Ni siquiera se si esta aquí, pero hasta ahora solo me encontré al loco del aerosol y un chico de cejas prominentes.
—Sakusa senpai es uno de los mejores jugadores de aquí—su novio la reto con algo de suavidad —Es el segundo mejor en Japón.
—Pues no se que le ven— la chica todavía no lo perdonaba —¡Me roció con alcohol por pedirle respeto!-
Si habia algo que odiaba, era que no la tomaran con seriedad. Porque claramente se dio cuenta que pensaba que era otra manager. Incluso paso por su cabeza que creyó que su pase era comprado por el apellido que tenia. Y no podia esperar para demostrarle de lo que era capaz.
—Al menos hueles rico—Tobio se burlo escuchando sus quejas —Ya, ya... Lo siento amor, lo siento-
