familia

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—¡Niños apresúrense!-

Yuta llamó a los gritos a su hermana y Tobio desde el primer piso, asegurándose que su voz se escuchara por toda la casa. Hikari ciertamente lo hizo, rodando los ojos cuando lo escucho no muy lejos soltar una risa malvada. Eso significaba que todavía tenían un poco de tiempo para poder llegar a tiempo, y que solo los levanto porque no tenia ganas de desayunar en soledad. Por supuesto que ella no lo culpaba, sabiendo lo horrible que podía ser estar en esa casa con ese silencio a flor de piel. Pero la verdad era que no deseaba pararse de donde estaba. 

—No quiero...-

Hikari se quejo, removiéndose entre las sabanas para frenar al chico a su lado de separarse de ella. Tobio no tenia demasiadas opciones, puesto que hoy tomaría su recuperatorio y no podía perdérselo por nada del mundo. Por lo que elevo su cuerpo con suavidad, llevando con él a esa chica que reposaba contra su pecho como si nada pasara.  

Kageyama la escucho gruñir por lo bajo, pero en ningún momento atino a moverse. Solo dejo que él se sentara sobre la cama arrastrándola con él de igual manera, que mirara la hora en el reloj de su teléfono, y que incluso quitara las cobijas de ellos. Ese fue el momento en que ella supo que no podría seguir estirando mas sus horas de sueño. 

—Ugh—le dijo por lo bajo —Nunca me dejan dormir-

—¿Por que dormir cuando es el campamento?- 

Esas palabras fueron suficientes para que Sakurada se pusiera de pie como rayo. El muchacho debía dar el examen y ella iría a ese campamento de entrenamiento que comenzaba hoy. Para ser sincera, aun cuando estaba un poco cansada por los partidos de practica que tuvieron casi toda la semana, estaba emocionada de ir. 

—Vamos, vamos, vamos— ella lo apuro ahora —Es momento de ir a Tokio. 

Tobio la miro inexpresivo cuando lo empujo para que se moviera como si minutos antes no se hubiera querido levantar de la cama. Pero no le dijo nada, tomando su uniforme mientras ella corría hacia el interior de su placar para poder cambiar su pijama por ropa deportiva. Tardo al menos cinco segundos en estar lista, sorprendiéndolo a mitad de su trabajo de ponerse una de sus remeras azules. 

—¡Lo siento!—

Ella fingió cubrir sus ojos, abriendo sus dedos levemente para poder verlo con burla. Eso hizo que el muchacho riera con un poco de diversión, tomando su campera para poder arrastrarla con el hacia el primer piso. Hikari solo curvo sus labios, caminando por detrás de él y dejando que la guiara por las escaleras de la mano. Eran esos momentos en los que se daban cuenta de lo mucho que habían avanzado en su relacion. Porque nada era capaz de hacerlos avergonzar luego de esa tarde en la que entendieron todo lo que se estaban perdiendo. 

—¡Al fin!—así fueron recibidos en la sala —Tomen, hay una para cada uno. 

Yuta les entrego una bolsa con el desayuno a cada uno, logrando que ambos lo miraran con una expresión de incredulidad. El mayor no les dio importancia modelando el delantal de cocina de color fucsia como si fuera una estrella. Era uno que su madre usaba en los viejos tiempos donde se creía cocinera. 

Royalty - HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora