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La preparación era difícil.
Hikari sabia que ahora que se encontraban a punto de entrar a las grandes ligas debían estar listo para lo que sea que venga. Los entrenamientos eran peor que aquellos de siempre. Su estamina necesito elevarse gracias a que podían llegar a competir mas de tres set. Además de que sus técnicas necesitaban ser aun mejor que antes.
Para ese punto todo servía.
Practicar con el equipo, ver los juegos de sus ex's oponentes una vez mas, además de analizar los videos que a veces subían a las redes. Esa era la razon por la que no se veia capaz de quitar su vista del teléfono.
Sus ojos iban de un lado a otro persiguiendo el balón y anotando mentalmente lo que ese chico hacia en la cancha. No porque fuera a enfrentarse a uno de los cinco mejores equipos de Tokio. No.
Lo estudiaba por otras razones.
Ese armador era uno de sus jugadores favoritos, y sus técnicas o la actitud que tenia ante el volleyball lograban que quisiera ser igual de buena que él. Por eso creía que si perfeccionaba sus movimientos -aun mas- en base a los suyos, iba a lograr algo mucho mejor.
Sakurada era como su fan numero 1.
—¿Ari?-
La nombrada elevo su vista por unos segundos, dando con dos perlas azules que la hicieron sonreír. Por esa razon abrió su brazo izquierdo antes de volver a poner sus ojos en la pantalla. De esa manera, Tobio se sentó a su lado sobre el suelo del gran gimnasio, gravitando hacia ella. Demostró debilidad por primera vez, acostando su cuerpo contra el pecho de la chica, quien lo apoyo su mano en su espalda.
La habia estado buscando por un par de minutos, sintiéndose un gran idiota en el momento que se dio cuenta que seguro estaba en la cancha del Karasuno. Solo se trataba de pensar lo que él haría y tendria una respuesta. Eso lo hizo soltar un leve suspiro mientras la abrazaba por la cintura, apegándose a ella aun mas.
—Parece que alguien queria cariño-
Sakurada hizo que el muchacho se sonrojara levemente, pero aun así apretara su agarre aun mas. Y eso la hizo sonreír con calidez, dejando el teléfono a un costado para prestarle toda su atención. Una de sus manos paso por toda su espalda como si estuviera masajeando y quitando cada nudo de ella. Y la otra se estiro contra su abdomen, permitiéndole a él tomarla y entrelazar sus dedos.
Luego de que se confesaran la noche anterior ambos simplemente dejaron de preocupar su mente con lo que los demas decían. Ahora se besaban frente del publico, él la abrazaba por detrás en cada oportunidad que tenia, y ella dormía sobre su pecho mas noches de las que podía contar. La intimidad que todos se asombraban al verlos por primera vez, en ese ultimo tiempo, era aun mas alta.
Y eso era decir mucho.
—¿Estas nerviosa por mañana?—él pregunto luego de un silencio —¿Crees que podamos vencerlos?-
—Nadie pensó que venceríamos al Aoba, y míranos ahora—ella desenredo un par de mechones negros —Yo creo que lo lograremos, y además, pondremos nuestros apodos en lo alto.
Ya no serian los reyes sin corona o los cuervos sin alas. En el torneo de mañana en contra del Shiratorizawa, demostrarían de lo que estaban hechos. Revelarían esas magnificas estrategias, la forma en que podían acoplarse a cualquiera, y ganaría a la casa mas poderosa de Miyagi.
El resto vendría solo.
—Pase tanto tiempo lamentándome por ese apodo...—Kageyama se sincero por primera vez en meses —Que deje de lado la verdadera razon la cual lo tengo-
—¿Y cual es esa razon?-
Ella se hacia una idea.
—Que lo uso porque juego junto a ti—el muchacho se estaba sonrojando —Que soy el rey porque te llaman reina, y eso es mejor que cualquier otra razon-
Los ojos de Hikari brillaron levemente ante eso creyendo que de verdad avanzaron de manera inexplicable. Ya no eran los niños asustados que no podían dar pases en dirección a alguien que no fueran ellos mismos. Tampoco eran quienes sufrieron la soledad de una manera que impacto en sus vidas al punto de no permitirles ser si mismos.
Ahora eran jugadores que estaban listos para todo lo que viniera hacia ellos. Ya sea dentro de la cancha, o fuera. Y escuchar esas palabras fue como un disparo directo al corazon de la chica. No solo por todo lo que nombro, sino porque eso era verdad despues de todo. Los apodos los tenían porque eran un buen equipo, no por todas esas cosas que les hicieron creer en el pasado.
—Bueno...—ella sonrió sin poder evitarlo —Siempre me gusto ser tu reina-
—O tal vez yo era tu rey-
Tobio no se dio cuenta que eso la hizo sentir miles de cosas. Porque él no creía que ella estuviera por detrás, ni tampoco a su lado. Para el muchacho Hikari estaba por delante suyo. No solo por sus jugadas, sino por sus claros sentimientos. Ella era su prioridad al parecer.
—Wow...—una voz sonó no muy lejos —Todavía no me acostumbro a verlos-
—Realmente eres el único— Yamaguchi le susurro a Hinata —Todo el mundo podía ver venir lo de esos dos-
Hikari sonrió levemente aun cuando no escucho toda la conversacion que el par de recién llegados tuvo. En su lugar no les dio mucha importancia y paso su mano por la mejilla de Tobio, quien se acomodo en sus brazos, cayendo rendidos en cuestión de minutos.
Ella entendía porque para los demas era un poco raro verlos de esa forma. Los dos eran personas ruidosas, rebeldes, y unas bestias cuando estaban en la cancha. Y el hecho de verlos tan calmados y enamorados era nuevo para todos. O bueno... para todos menos Sugawara.
El muchacho ya tenia su teléfono elevado en su dirección desde hacia un par de minutos como si no quisiera perderse ni uno solo de sus movimientos. Y para Ari siempre seria graciosos como su senpai era el fan numero uno de su relacion. A veces incluso posaba para las fotos o le pedía material para decorar su pared de recuerdos.
