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—Despierta Boke-
Kageyama dijo con suavidad mientras le daba un golpe al muslo de Hikari. Eso logro que ella al fin se levantara de su hombro y le sonriera agradecida. La chica incluso noto que su compañero se veia un poco acalorado, lo que la hizo sonreír al entender que se trataba de un sonrojo que ella le provoco. El hecho de que parecía responder todos sus sentimientos era algo nuevo. Y ver que si podía llegar a lograr que sus deseos se hicieran realidad, era emocionante.
—Vamos— él murmuro —Todos están afuera ya-
Ella asintio, dejando su puesto mientras tomaba su bolso. Los dos caminaron con tranquilidad al exterior, donde Sakurada se posiciono a un lado de Ryuunosoke, mientras el azabache fue al costado de Hinata. Hikari sabia que debía dejarlo calmarse, por lo que fue directo a su querido senpai, quien terminaría por caer ante sus burlas muy rápidamente.
—Woow—el muchacho dijo —¡Qué grande es esto!
—Ara, ara —la chica le dijo con diversión —A veces se te nota que eres de campo Tanaka san-
—¡Soy tu senpai!-
Hikari soltó una risa ante su tono de irritación del muchacho, tomando su bolso para comenzar a caminar en dirección de los demás. Su sonrisa malvada voló lejos de su cara al momento en el que un muchacho desconocido apareció justo delante de ella. Era muy parecido a Tanaka, tanto en físico como en personalidad, porque a penas intento hablarle y el chico casi se larga a llorar.
—¡No puede ser!—el chico se arrodillo frente a ella —¡Eres tan bonita! ¿¡Por que nosotros no tenemos una manager!?
Sakurada dio un paso hacia atrás sin saber exactamente que hacer al respecto cuando vio que junto sus manos en forma de rezo. Eso fue suficiente para que Tanaka apareciera justo frente a ella, sirviendo como escudo de protección. Claro que, eso significo que le dio un leve empujón hacia atrás, haciendo que chocara con alguien mas en el proceso.
—¿¡Que demonios pasa con los hombres!?—ella pregunto alterada —¡Y no soy una manager niño!-
La chica se ofendió porque nunca la tomaban de jugadora, sin importarle tener a alguien detrás suyo. Su mente pensó que por la altura se trataba de Kageyama, lo que la llevo a no girarse. O al menos no lo hizo hasta que la mano que se poso sobre su cintura baja para estabilizarla no se le hizo conocida.
—¿Eres Sakurada verdad?—la voz detrás suyo la hizo notar lo obvio—Escuche sobre ti y tu pase para jugar con la liga masculina-
Era la primera vez que la reconocían por ser una jugadora y no por su hermano. Tal vez por eso se relajo aun cuando su tacto era desconocido, girando su cuerpo con suavidad para poder ver a quien le hablaba. Sus ojos dieron con el mismo chico de hace dos tardes, quien la miraba con una mueca de diversión a centímetros de su rostro.
