Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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- ¿Quién es? -pregunté
La casa estaba sola. Marcus había ido a Los Ángeles, con Beagle como apoyo, para sacar dinero de nuestros fondos. Así que no se me ocurría quien podría haber venido a las cuatro de la madrugada. Temí que fueran ladrones, peor aún, un mogadoriano. Tomé valor. Tocaron más fuerte la puerta de mi cuarto.
- Soy yo, Stiles
¿Stiles? ¿Qué está haciendo aquí?, pensé. Confundida, dejé mi daga de lado para abrir la puerta. No entendía porque había venido, y mucho menos la razón de que estuviera ahí a esa hora... menos la razón de como había burlado la seguridad para llegar a mi cuarto. Luego lo vi... sus ojos se volvieron oscuros como la noche, no era para nada el Stiles que yo conocía, su sonrisa burlona me erizó la piel. Por primera vez, Stiles daba miedo. Era como si físicamente fuese él, pero yo conocía muy bien al verdadero Stiles como para ser engañada de aquella forma por esa imitación. Pensé que podía ser un cambia formas sobrenatural, pero que pudiera llegar hasta la puerta cuando tenemos una red de seguridad contra lo sobrenatural... Ahora pensándolo, todavía no entiendo como pudo cruzarla... más aún cuando teníamos una red que nos advertía si algún enemigo estaba cerca. Le miré entre confundida y asustada, su cabello castaño parecía más opaco y oscuro de lo normal. La luz de la luna entraba por la ventana cuando asimilé que esa persona frente a mí no podía ser buena.
- T-tú... t-tú... no eres Stiles -le dije temerosa
Intenté cerrar la puerta, pero ese ser me empujó hacia adentro. Tropezó con una silla que le lance con mi telequinesia y la estrelló contra una pared.
- ¿Quién eres? -repetí con voz más alta, pero asustada
- Void Stiles, puedes decirme -dijo él sonriendo de lado de una forma macabra- Él lado oscuro de tu novio, el Nogitsune que ahora lo posee. Y uno de tus carceleros por la eternidad. Tú, serás mía por siempre
Quise correr, pero él me atrapo y tiro a la cama. Se irguió ante la cama en toda su estatura para mirarme haciéndome sentir intimidada. Mis ojos estaban dilatados de miedo.
- Yo no soy...
- ¿Tú qué? ¿Tú no eres su novia? ¡Claro que lo eres! Solo piensa en ti y es tu culpa que no pueda sacarte de mi mente. Lo tienes atado. Tú lo has provocado -me acusó él- ¿No vas a darme la bienvenida a tu cama? ¿Acaso un Stiles Oscuro no vale tanto como otro? Yo puedo ayudarte a darte es libertad que ansias. No te amaré, pero serás mía. Serás mi obsesión. Vamos, déjame ver con qué has tentado así al otro Stiles
Me aferré a la colcha con la que intenté apretarme contra mi cuello y me la arrancó. Mis ojos vidriosos quedaron fijos en mi short y blusa azul de pijama. Paso la lengua por sus labios saboreando el momento. Marcus me había enseñado a defenderme, pero estaba paralizada del miedo. Ese no era Stiles. Ese no podía ser Stiles. Me hice invisible para correr, pero él de algún modo volvió a atraparme.
