Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estoy en la cocina hablando con Marcus. Más que conversar, es una lección diaria sobre Lorien, mi planeta. Una forma suya para conectarme a ese maravilloso lugar, que ahora me corresponde restaurar. Stiles está con su padre y Malia en la comisaria. Hemos quedado de reunirnos todos en la noche en casa de Scott para leer el libro de losDoctores del Miedo, y averiguar cualquier cosa que podamos sobre ellos o si los hemos visto anteriormente. Pero me desconecto de todos esos problemas mientras hablo con Marcus.
No lo sé, se siente tan pacifico hablar de lo bueno y desconectarme del mundo en el que vivo lleno de problemas. Ojalá así fuese siempre, pero tristemente no es así. El entrenamiento ha sido duro esta mañana, he quedado fatigada por completo. Pienso en que estaría haciendo en Lorien en este momento de no haber sido por la invasión. Tal vez iría a la escuela, tendría amigos, Marcus y el otro Cêpan, nos darían clases a mi hermano y a mí como nuestros Cêpan de una forma más pasiva. Una vida tranquila y en paz. Disfrutando de nuestro planeta con nuestros abuelos, y alguna que otra visita de nuestro padre. Hoy por Marcus, he aprendido algo más sobre el Lumen. A pesar de que he demostrado la habilidad de usarlo para hacerme resistente al fuego y generar luz desde mi cuerpo, eso solo es el inicio de lo que se puede hacer con el lumen; no hay límite para lo que puede hacer. Hay una energía que fluye a través de Lorien y de la vida en Lorien. Esta es la energía con la cual los Garde potencian sus legados. El lumen me permite aprovechar directamente esta energía, esta fuerza de vida.
- Generalmente, nosotros los lorienses no disfrutamos pelear -me dice Marcus- En Lorien, la vida era pacífica. Desde los cêpan a los Garde a las quimeras, todos vivíamos y trabajábamos en una coexistencia armoniosa, cada uno contribuía a la supervivencia de nuestro planeta y nuestra cultura ancestral. Pero eso fue antes de la invasión de los mogadorianos...
- Eso fue antes de que los mogadorianos quemaran nuestro planeta hasta las cenizas, pusieran su corazón en hibernación, y enviaran a los últimos de nuestra gente a la Tierra a esperar... esperar hasta que fuera tiempo de alzarse de nuevo -digo sintiendo una pesadez en mi pecho. Marcus me mira con tristeza- Háblame más de aquel día, por favor
- ¿Segura? Alysa, no tenemos que hablar siempre de ello -me dice compasivamente- Cuando hablo de ellos es porque quiero hacerte ver tu objetivo, pero tampoco quiero llenarte de odio. No solo se trata de una venganza por lo que nos hicieron, se trata de algo más importante. Justicia
- Lo sé -suspiro con pesadez- Pero necesito saber. Quiero saberlo. Porque de esa forma tendré una mayor fortaleza, pelear para vengar a mi familia y mi planeta. Hacer justicia por todo lo malo que hicieron
Marcus suspira y asiente.
- Los mogadorianos atacaron nuestro planeta durante el tiempo de una celebración: cuando nuestras dos lunas estaban suspendidas en lados opuestos en el horizonte, cuando la gente de Lorien no estaba en guardia. La prioridad de los lorienses fue salvar a los niños que estaban destinados a crecer algún día para superar incluso a los ancianos. Diez niños que salvarían nuestro mundo y podrían salvar el suyo. Todos ellos fueron localizados rápidamente y los apresuraron al campo de aviación con sus Cêpan. Se fueron en la última nave que aún funcionaba en Lorien
