Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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Regresamos a la Preparatoria de Beacon Hills, justamente al estacionamiento. Donde vi por última vez a Stiles; donde los chicos también lo encontraron, y Stiles les habló por la radio desde el plano de los Jinetes Fantasma. Lydia y Sam están arrodillados sobre la acera observando unas huellas estampadas en la acera de unas llantas. Un indicio de que el jeep fue arrancado, posiblemente por Stiles.
- Esto se ve fresco -nos dice Lydia a Malia y a mí, quienes estamos montando guardia en espera de que algún Jinete Fantasma aparezca
- Es el jeep de Stiles, debe haberse ido -intuye Malia
- ¿Sin las llaves? -pregunta Sam confundido
- La mitad del tiempo lo encendía con un destornillador -respondo encogiéndome de hombros al recordarlo
Es lindo recordarlo.
- Está aquí -asegura Lydia observando el suelo- Debemos encontrar a Scott y decirle
- Tal vez deberíamos decirle eso también -dice Malia tomándome del hombro para hacerme ver un punto a lo lejos cerca de la entrada principal
Carajo.
Sam y yo volteamos a vernos llenos de terror al ver las vías salidas como de una escena de terror, cruzando toda la escuela. Vías de tren, literalmente, abandonadas, de noche, y sin luz alguna. En el viento corre una sensación escalofriante que me eriza la piel, aunque técnicamente no puedo sentir frio o calor.
Y lo más raro de todo es que parece que siempre han estado aquí.
Comenzamos a seguir el rastro de las vías para encontrar una parada, esta nos lleva hasta la biblioteca de la escuela. Utilizo mis luces para alumbrar nuestro camino, Sam va detrás mío casi como protegiéndose con mi cuerpo de escudo. Me parece tan escalofriante la escena cuando abrimos las puertas de la biblioteca. Hombres y mujeres es un estado catatónico. Los libreros no se encuentran, en vez de ello, han sido remplazados todos los muebles por bancas de madera esparcidas por toda la biblioteca figurando una sala de espera. Hay faros de luz alumbrado esparcidos junto a cada columna. Y sobre las paredes hay tableros con anuncios antiguos y mapas de Estados Unidos, que nadie parece prestarles atención. A lo único que logro ver una que otra vez que las personas miran, son un reloj en un rincón de la sala junto una pizarra manual con los destinos de la estación de tren y las horas a las que parten. Además de todo ello, hay altavoces esparcidos en toda la sala, seguramente indicando las noticias de abordaje. Al ver que ya no es necesario mi legado, decido apagarlo. Más allá de las escaleras, veo una cabina de boletos de tren.
- ¿Por qué hay una estación de trenes en medio de la biblioteca? -pregunta Malia confundida
- Igual que en la Cacería Salvaje -dice Lydia pensativa
