Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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SEIS
- ¡¿Qué han hecho qué?! -exclama Marina
Ella se encoge de hombros y deja caer la mirada.
- Han...
- Ya te ha oído -le digo a Ella, frunciendo los labios- Es solo que no puedo creer que John haya hecho una estupidez como esta. ¡Y llevándose a Alysa!
Nadie culpa a Alysa de haberse ido, todos estamos conscientes que a donde vaya un gemelo, el otro también irá. Y por como lo ha dicho Ella, creo Alysa lo ha seguido a John sin remedio alguno por su preocupación a que lo maten. Y de cierta forma, saber que Alysa lo acompaña me deja un poco tranquila en que John no se ha ido por completo solo. Nueve se levanta de repente y le pega tal patada al suelo que un pedazo de tierra sale disparado por el aire.
- Joder, Seis, ¿Qué pasa? ¿qué ahora somos sus esbirros? Esto no tiene sentido
Los cuatro estamos en un claro, junto al río, a kilómetro y medio de las cataratas del Niágara. Nuestra nave de guerra robada está estacionada a unos cien metros, con la enorme rampa desplegada; a su lado los escasos árboles cercanos parecen diminutos. Voy echándole miradas por el rabillo del ojo y, cada vez, debo reprimir el impulso de salir corriendo para ponerme a cubierto. Me cuesta creer que ahora sea nuestra. Marina se pasa las manos por el cabello.
- Hablé con él sobre esto, acerca de controlar su ira...
Nueve se ríe entre dientes.
- ¿Eso fue antes o después de que trataras de clavarle a Cinco un carámbano en la cara? ¿Una vez más?
- En realidad, fue después -responde Marina algo envarada- Creí que al menos estaba procesando el dolor de la pérdida. Pero emprender una batalla contra otra nave mogo... solo con Alysa... Joder, Seis, es un suicidio
- No lo sé -respondo- Tú no los has visto ahí arriba. Parecían imparables
- No piensa para nada -concluye Marina, sacudiendo la cabeza con énfasis
- Hay una parte de él que está convencida de que pueden hacerlo solos -interviene Ella- Y otra que no quiere que nadie más resulte herido. Así que está seguro de que lo mejor para todo el mundo será que nadie más que su hermana lo acompañe
Todos guardamos silencio durante unos instantes, sopesando las palabras de Ella. Es obvio, al menos para mí, que ha sacado estos sentimientos directamente del cerebro de John. Es imposible que él se los haya confiado.
- Joder, ¡a la mierda con tanta nobleza! -exclama Nueve- Esta también es nuestra guerra. Pienso darle una patada en el culo cuando vuelva
- Supongo que se dan cuenta de que nos ha dejado con una buena patata caliente en las manos, ¿no? -pregunto, mirando a los demás. No quiero perder más tiempo hablando de John y de su hermana- Entregar esos dispositivos de camuflaje va a salvar muchas vidas, si todo va bien. Es la clave para que la humanidad pueda ganar esta guerra
