Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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DIEZ
No tengo tiempo para esta mierda.
Cinco quiere que John y yo nos reunamos con él al anochecer en la Estatua de la Libertad. Es como el plan de un supervillano. Tiene a Nueve de rehén y asegura que lo va a matar si no aparecemos, sobre todo parece quiere verme a mí. No sé qué quiere de mí. En las Naciones Unidas, tuve la sensación de que quería ayudarnos a su manera psicótica. Al menos evitó que John acabara hiriendo a Ella sin tener la intención. Por supuesto, no hay forma de que sepa que trabajamos a contrarreloj, que cada minuto perdido en estos jueguecitos de mierda es un minuto que no invertimos ayudando a Sarah, Scott, Seis y los demás. Aunque si lo supiera, ¿le importaría?
John ha mandado a Sarah y a Mark a México con el recién descubierto hacker lórico convertido en piloto que tantas ganas tengo de conocer. Los ha mandado allí porque son el único apoyo que hemos podido conseguir para Seis y los demás miembros de la Guardia que esté dispuesto a colaborar en una lucha a gran escala. Al menos ahora tendrán un modo de escapar. Ya no están atrapados en la selva. Seis, Lydia y Sarah son lo bastante listas como para evitar bajas y salir de ahí con vida. O al menos eso es lo que no dejo de repetirme a mí misma. Hago un cálculo mental rápido. Aunque la agente Walker y el agente McCall (a quien tengo rato sin ver) lograran convencer de algún modo a los militares para que nos prestaran uno de sus cazas más veloces, no conseguiríamos llegar a México antes que Setrákus Ra. Ahora ya no. Claro que esto no quiere decir que no vayamos a intentarlo.
- ¿Puedes al menos conseguirme una lancha? -le pregunto a Walker
Hemos dejado atrás el caos del muelle y volvemos a estar en la tienda de la agente del FBI.
- ¿Para llevarlos a la Estatua de la Libertad? -Walker asiente con la cabeza- Sí, eso puedo arreglarlo
- Pero que sea ahora mismo -responde John- La quiero enseguida
- Cinco ha dicho al anochecer. Aún nos queda una hora -añade Sam gravemente
Sé que ha estado haciendo los mismos cálculos mentales que Stiles, Malia, John y yo. Sabe que no podremos llegar a tiempo al Santuario... A no ser que abandonemos a Nueve a la suerte que Cinco le haya reservado, y ninguno está dispuesto a seguir ese camino.
- No vamos a esperar -dice John con urgencia- No podemos adaptarnos a sus tiempos. Seguramente ahora mismo está ahí sentado, preparando una trampa o algo parecido. No sé lo que estará haciendo, pero iremos antes de hora. Y si ese hijo de puta no está ahí, lo esperaremos
- Buena idea -coincide Malia, asintiendo con la cabeza- Hagamos eso
- Queremos esa lancha enseguida -le dice a Walker, y abandonamos su tienda
