Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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DIEZ
La espera será lo más difícil. El sol se ha puesto, pero aquí abajo, en nuestro último escondite subterráneo, nadie lo diría. Patience Creek sigue en plena actividad: los soldados trabajan en la logística militar y el entrenamiento contra las tácticas mogadorianas; Marcus se encarga de los nuevos; Sam, Stiles y Malcolm tratan de descifrar cómo funciona el dispositivo de camuflaje junto con los investigadores especializados, y los oficiales coordinan la planificación de la guerra a escala mundial. Adam les ha dado toda la información que ha podido y ahora está abajo, ayudando a supervisar la escucha de las comunicaciones mogadorianas. Yo no estoy implicada en ninguna de estas actividades.
- El ático de Nueve, ¡ese fue el mejor escondite que hemos tenido! -digo, echándome el cabello hacia atrás, mientras contemplo una pared blanquecina- Creo que en aquel entonces no supe valorar lo bastante aquellas ventanas fantásticas que tenía
Lydia se ríe en silencio. Está sentada a la mesa, delante de mí, en una de las pequeñas cocinas de Patience Creek. Nos separa un burrito ya frío al que hemos pegado solo un par de mordiscos. Aquí el surtido de comida es muy limitado, y ninguna de las tres tiene mucho apetito. Lydia me sonríe.
- ¿Recuerdas la noche que celebramos luego de acabar con los Doctores del Miedo? ¿Todos juntos? -me pregunta
- Sí. Justo antes de que todo se fuera a la mierda
- Esa fue una buena noche -recuerda Lydia con una risa reposada
- Tendríamos que haber..., no sé, haber sacado fotos o algo así. Como habría hecho la gente normal -añado
Mi sonrisa se desvanece lentamente. Recuerdo todos los problemas que he tenido por la guerra:
- Dios, recuerdo que al principio ese ático me repugnaba: era el refugio de Nueve y él solía pasearse por allí sin camiseta, como si fuera un playboy -digo intentando cambiar el tema y remplazar los tristes pensamientos que tengo- Ahora la arrogancia de Nueve me parece mil veces mejor que las instalaciones de la comunidad mogo-abandonada de Stepford o estos sótanos mugrientos
Lydia y yo nos reímos de nuevo. Alargo mi brazos y la tomo de la mano. La miro. Estoy cansada, hecha polvo. Quizá por eso me estoy poniendo un poco melancólica.
- Lydia -le digo en voz baja- ¿Puedo decirte...? Estando con Marcus, antes de todo, no hice nunca muchos amigos, ¿sabes? Estaba sola
- Ajá...
- Y entonces apareciste tú. Has... -se me humedecen los ojos- Has estado ahí en los peores momentos, Lydia. Siempre haciéndome reír o apoyándome. Y en algunas ocasiones incluso me llevaste a cuestas. Solo quería decirte que además de mi primer amiga, eres mi mejor amiga
