Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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CUATRO
Un tentáculo de una luz azul brillante se levanta del suelo delante de nosotros. Por alguna razón, no estoy asustado. Es casi como si reconociera esta extraña formación energética. Siento que se adentra en lo más profundo de la tierra y también que si el agente Walker, el agente McCall, Malia o el mogasaurio o alguien sin legados mirara lo que estoy contemplando ahora mismo, no verían más que un espacio vacío. Esto es solo para Alysa y para mí.
Es nuestra conexión.
Nuestra conexión con Lorien.
A una velocidad que no puedo seguir con la mirada, el dedo de luz nos toca la frente. Ahora estoy seguro de que nuestros ojos desprenden energía azul, como los de los demás antes de desmayarse. Siento que ocurre. Y abandonamos nuestro cuerpo. Reconozco esta sensación. Es exactamente la que tuvimos cuando Ella me arrastró a su visión.
- ¿Ella? -digo, aunque estoy bastante seguro de que esta palabra no sale de mi boca
- ¿Ella, estás aquí? -pregunta Alysa
Estoy bastante seguro de que ahora mismo nuestros cuerpos están tendidos boca abajo en el muelle, no muy lejos del mayor monstruo que hemos visto jamás.
- Hola, chicos -responde Ella dentro de nuestra cabeza
Al hablarnos, oigo que también pronuncia otras palabras, como si estuviera manteniendo cientos de conversaciones al mismo tiempo. No pienso en preguntarle cómo es posible lo que ocurre. Se supone que Ella está a miles de kilómetros, con Setrákus Ra, o, si ha habido suerte, siendo rescatada por Seis. Ella no tiene tanto poder. Sus poderes no funcionan así.
No pienso nada de esto. Estoy más concentrado en el cuerpo físico mío y de Alysa, por no hablar de Nueve, Sam, Stiles y Daniela. No sé qué nos está haciendo Ella, pero no podría haber elegido peor momento.
- ¿Qué demonios pasa?
- ¡Vas a conseguir que nos maten! -chilla Alysa
Espero oír crujir mis huesos bajo los pasos del mogasaurio en cualquier momento. Pero no ocurre. En lugar de esto, empiezan a formarse siluetas ante mis ojos: siluetas borrosas, indistinguibles, como las imágenes de un proyector fuera de foco.
- No se preocupen -dice Ella acompañada de nuevo del eco de otras voces- Solo será un segundo
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